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Y lacerad vuestro corazón, y no vuestros vestidos; y convertíos á Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira, y grande en misericordia, y que se arrepiente del castigo.
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Y lacerad vuestro corazón, y no vuestros vestidos; y convertíos á Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira, y grande en misericordia, y que se arrepiente del castigo.
27. CAPÍTULO IV. LA PROGRESIÓN DE UNA IGLESIA HACIA SU FIN Y EL FIN MISMO, SE DESCRIBEN EN MUCHÍSIMOS LUGARES EN LA PALABRA
1. Una disminución sucesiva del bien y la verdad y el aumento del mal y la falsedad en una Iglesia se denomina en la Palabra "desecho" y "desolación".
2. Su estado final, cuando no queda nada de bueno o verdad restante, se denomina "consumación" y "corte".
3. El fin mismo de una Iglesia es la "plenitud [del tiempo]".
4. Las mismas cosas también se significan en la Palabra por "tarde" y "noche".
5. Y también por estas cosas en los profetas y en los evangelios: entonces el sol se oscurecerá, la luna no dará su luz, las estrellas caerán del cielo, y los poderes de los cielos serán sacudidos.
6. Entonces la Iglesia ya no existe excepto de nombre; sin embargo, permanece este "remanente" en él, que un hombre, si lo desea, puede conocer y entender las verdades y puede hacer bienes.