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Daniel 7:24

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24 Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será mayor que los primeros, y á tres reyes derribará.

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Sobre La Palabra # 15

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15. SOBRE LA PALABRA ARCAICA PERDIDA.

Que había una Palabra entre los antiguos, escrita, como nuestra Palabra, por meras correspondencias, pero que ésta se ha perdido, me ha sido relatado por los ángeles del tercer Cielo. Y dijeron además, que esta Palabra todavía se conserva entre ellos, y está en uso entre los antiguos en ese Cielo, entre quienes existió esa Palabra cuando estuvieron en el mundo. Esos antiguos entre quienes esa Palabra todavía está en uso en los Cielos, fueron, en parte, de la tierra de Canaán y sus confines, y también de ciertos reinos en Asia, así como de Siria, Mesopotamia, Arabia, Caldea, Asiria, y Egipto, de Sidón y Tiro. La sabiduría de aquel tiempo la tuvieron aquellos a partir de dicha ciencia, porque mediante ésta ellos tenían comunicación con los Cielos, y percepción interior, y también muchos tenían conversación con los espíritus.

Pero porque esa Palabra estaba llena de tales correspondencias, las cuales remotamente significaban las cosas Celestiales, y de ahí con el transcurso del tiempo empezó a ser falsificada por muchos, por ende, por obra de la Divina Providencia del Señor aquella se evanesció gradualmente, y otra Palabra fue dada, la cual estaba escrita por correspondencias no tan remotas, y esto por medio de los Profetas entre los hijos de Israel. En esta Palabra, sin embargo, los nombres de los lugares que existen en la tierra de Canaán, y en las partes circundantes de Asia, retuvieron significaciones similares. Por esta causa, se introdujo a la posteridad de Abraham, por medio de la línea genealógica de Jacob, en la tierra de Canaán, y allí fue escrita la Palabra, en la cual esos lugares debían ser nombrados.

[2] Que hubo tal Palabra entre los antiguos también se patentiza en Moisés, por quien es nombrada, y algo de ella es tomado (Números 21:14-27). Las partes históricas de aquella Palabra eran llamadas “Las Guerras de Jehovah” y las partes Proféticas “Los Enunciados” 1 De las partes históricas de esa Palabra Moisés tomó lo siguiente: “Por lo cual se dice en el “Libro de las Guerras de Jehovah”: Vaheb en Suphah, y los arroyos de Arnón, y el cauce de las aguas de los arroyos, que descienden hacia donde habita Ar, y se detienen en el término de Moab” (Números 21:14-15). Por “Las Guerras de Jehovah” se entienden y describen allí las pugnas del Señor contra los infiernos, y las victorias sobre éstos, cuando Él viniera al mundo.

Las pugnas mismas también se significan y describen en muchos lugares en las partes históricas de nuestra Palabra, como en las guerras de Josué contra las naciones de la tierra de Canaán, en las guerras de los Jueces y Reyes, y en las guerras de David y los Reyes restantes.

[3] De las partes proféticas de esta Palabra, son estas palabras citadas por Moisés: “Por lo cual los Enunciados proféticos dicen, Venid a Heshbón; se edificará y se fortalecerá la ciudad de Sehón. Pues fuego salió de Heshbón, y flama de la ciudad de Sihón, que consumió a Ar de Moab, a los poseedores de las alturas de Arnón. ¡Ay de ti, Moab! Pereciste, pueblo de Quemosh. Ha puesto a sus hijos en evasión, y a sus hijas en cautividad al rey Sihón, de los amorreos. Cuando los matamos con los dardos, pereció Heshbón hasta Dibón, y devastamos hasta Nofah, que es hasta Medeba” (Números 21:27-30). Que estos pasajes proféticos son llamados “Enunciados”, y no “Proverbios” o “Compositores de Proverbios”, como los traductores lo traducen, puede constatarse a partir del significado de la palabra Moshalim en la lengua hebrea 2 , que no son sólo proverbios, sino también enunciados proféticos, como puede constatarse a partir de Números 23:7, 18; 24:3, 15, donde se dice que Balaán profirió su Enunciado, que era una profecía acerca del Señor. Su Enunciado allí es llamado mashal, en singular 3 . Las palabras citadas por Moisés en estos versos también son profecías, no proverbios.

[4] Que esa Palabra era similarmente Divina, o Divinamente inspirada, se patentiza en Jeremías, donde están casi las mismas palabras, como sigue:

“Fuego salió de Heshbón, y flama de en medio de Sihón, la cual consumió la esquina de Moab, y la cima de los hijos del estrépito. ¡Ay de ti, Moab! Pereció el pueblo de Quemosh; pues han sido raptados tus hijos, a la cautividad, y tus hijas al cautiverio.” (Jeremías 48:45-46).

Además de estas referencias, es citado también un Libro profético de esa misma Palabra Arcaica, llamado “El Libro de Jasher”, o “El Libro del Justo”, por David (2 Samuel 1:18), y por Josué (Josué 10:13); desde lo cual se patentiza, que la historia allí sobre el sol y la luna, era una profecía de ese Libro. Se me ha dicho además, que los primeros siete capítulos del Génesis, existen tan evidentemente en esa misma Palabra, como para que no les falte ni el vocablo más sencillo.

[5] De esa Palabra Arcaica, las religiosidades de muchas naciones se han derivado y han sido trasladadas a otras partes, como desde la tierra de Canaán y desde varias partes de Asia a Grecia, y de allí a Italia, y a través de Etiopía y Egipto a ciertos reinos de África. Pero en Grecia, de las correspondencias hicieron fábulas, y de los atributos Divinos hicieron tantísimos dioses, y al máximo de éstos ellos le llamaban “Jove”, por Jehovah.

Números 21:27, hammōšlîm (הַמֹּשְׁלִים).

  
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Muchas gracias a la "Heavenly Doctrine Publishing Foundation", por el permiso para utilizar esta traducción.