Este verso es como una rara visión atesorada de la vida interior de Jesús, subiendo a una montaña solo para orar, presumiblemente por la muerte de Juan el Bautista. Se puede sentir su tristeza, incluso en el lenguaje literal.

El significado interno refleja mucho de lo mismo. Al despedir a las multitudes, Jesús estaba creando una separación de la multitud de conceptos intelectuales que representan. Subir a una montaña significa elevarse a un estado espiritual de amor perfecto, y rezar significa revelar sus propios amores e intenciones más íntimos, pensando en lo que había que hacer para la salvación de la humanidad.

La tarde representa un estado de juicio, o el final de una iglesia, y el hecho de que estuviera solo significa que estaba libre de malos deseos y falsos pensamientos.