41. iv.) Que el Señor sea llamado "Señor" y "Dios", se ve en tantos pasajes que, si fueran citados, llenarían las páginas. Estos pocos son suficientes. En John:

Cuando Tomás, a la orden del Señor, vio sus manos y le tocó el costado, dijo: "Señor mío y Dios mío". (Juan 20:27-28).

En David:

"Recordaron que Dios era su Roca, y el Dios alto su Redentor" (Salmos 78:35).

Y en Isaías:

"Jehová Zebaot es su nombre, y tu Redentor, el Santo de Israel; será llamado el Dios de toda la tierra. (Isaías 54:5).

Esto también es evidente por el hecho de que lo adoraron y cayeron de bruces ante Él. (Mateo 9:18; Mateo 14:33; Mateo 15:25; Mateo 28:9; Marcos 1:40; Marcos 5:22; Marcos 7:25; Marcos 10:17; Lucas 17:15-16; Juan 9:38). Y en David:

"Hemos oído hablar de él en Efrata... entraremos en sus moradas, y nos inclinaremos ante su escabel" (Salmos 132:6-7).

De manera similar en el cielo, de lo que se trata el Apocalipsis:

"Yo estaba... en espíritu, y he aquí un trono puesto en el cielo, y sobre el trono [uno que se sentaba]... como una piedra de jaspe y sardónica, y un arco iris alrededor del trono como un aspecto de esmeralda... Y los veinticuatro ancianos se postraron ante el que estaba sentado en el trono, y adoraron al que vive en el siglo de los siglos, y echaron sus coronas ante el trono" (Apocalipsis 4:2-3, 10).

Y en otro pasaje:

"Vi a la derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por detrás, sellado con siete sellos," y nadie pudo abrirlo. "Entonces uno de los ancianos dijo: He aquí que el León, que es de la tribu de Judá, la raíz de David, ha prevalecido para abrir el libro y abrir sus siete sellos. Y vi que... en medio del trono... había un cordero... Vino y tomó el libro, y cayeron ante el Cordero, y adoraron al que vive en el siglo de los siglos" (Apocalipsis 5:1, 3, 5-8, 14).