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Ezequiel 5:7

Studie

       

7 Por tanto, así dijo el Señor DIOS: Por haberos yo multiplicado más que a los gentiles que están alrededor de vosotros, no habéis andado en mis mandamientos, ni habéis guardado mis leyes. Ni aun según las leyes de los gentiles que están alrededor de vosotros habéis hecho.

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Exposición Breve de la Doctrina de la Nueva Iglesia # 100

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100. BREVE ANÁLISIS

La razón por la que la Nueva Iglesia se entiende por “La Nueva Jerusalén que desciende de Dios del cielo” (Apocalipsis 21), es porque Jerusalén era la metrópoli de la Tierra de Canaán, y allí estaba el Templo, y el Altar, en donde se ofrecían los Sacrificios.

Así como el mismo culto a lo Divino, en el cual todo varón era mandado a venir tres veces al Año.

Pues porque el Señor fue a Jerusalén, y enseñó en su Templo, y después allí glorificó Su Humano; por esto es que “Jerusalén” significa la Iglesia.

Que la iglesia se significa por “Jerusalén” se evidencia claramente por los Profetas del Antiguo Testamento con respecto a la Nueva Iglesia que habría de ser establecida por el Señor, y allí a ella se le llamaba “Jerusalén”.

Estos Pasajes solo conducen, que por Jerusalén se entiende la iglesia, para quien puede ver lo predicho con la razón interior.

Estos son algunos pasajes

“He aquí Yo soy el que crea NUEVO CIELO Y UNA NUEVA TIERRA, y el primero no se recordará; he aquí Yo CREARÉ exaltación en JERUSALÉN y la alegría de su pueblo para que me regocije sobre JERUSALÉN y me alegre sobre mi pueblo.

Entonces el lobo y el cordero pacerán juntos; no se harán mal en todo el monte de mi santidad” (Isaías 65:17, 18, 19, 25)

“Por causa de Sión no callaré y por causa de JERUSALÉN no reposaré hasta que su Justicia salga como esplendor, y su Salvación como arde la lámpara.

Entonces los Gentiles verán tu justicia y todos los Reyes tu gloria; y serás llamado con un nuevo Nombre; que la boca de Jehová pronunciará; y serás Corona de belleza, y la Tiara del Reino en la mano de tu Dios: Jehová se agradará en ti: y tu tierra se casará.

He aquí tu salvación viene; he aquí su recompensa con Él y las llamarán Pueblo de santidad, los redimidos de Jehová; y tú serás llamada una Ciudad buscada, no desierta” (Isaías 62:1-4, 11, 12)

“Despierta, despierta, vístete de tu fortaleza oh Sión; viste tus vestidos de belleza oh JERUSALÉN, Ciudad de Santidad; porque de aquí en adelante no venga más a ti los incircuncisos ni los sucios: Sacúdete el polvo, levántate, siéntate oh JERUSALÉN. El pueblo conocerá mi nombre en aquel día; porque Yo soy Aquel que habla, he aquí Yo: Jehová ha consolado a su pueblo, ha redimido a JERUSALEN, (Isaías 52:1, 2, 6, 9)

“Canta, oh hija de Sión; alégrate y regocíjate de todo corazón oh hija de JERUSALÉN; El Rey de Israel, Jehová, está en medio tuyo; no temas al mal jamás… se regocijará sobre ti con alegría, descansará en tu amor, y saltará de gozo sobre ti con Júbilo…les daré un nombre y les alabaré entre todos los pueblos de la tierra… (Sofonías 3:14-17, 20)

“Así dijo Jehová, tu Redentor, diciendo a JERUSALÉN: Serás habitada. (Isaías 44:24, 26).

“Así dijo Jehová : volveré a Sión y habitaré en medio de Jerusalén, cuando JERUSALÉN sea llamada la Ciudad de verdad, y el Monte de Jehová de los Ejércitos el Monte de santidad” (Zacarías 8:3, 20-23)

“Entonces conoceréis, que yo soy Jehová vuestro Dios, el que habita en Sión el Monte de santidad, y Jerusalén será la santidad.

Y sucederá en aquel día que las montañas caerán y las colinas fluirán como leche, y JERUSALÉN se sentará de generación en generación” (Joel 3:17-21).

“En aquel día será el renuevo de Jehová será hermoso y lleno de gloria y acontecerá que será dejada en Sión, y el que permanezca en Jerusalén será llamado Santo, todos los que estén inscritos para vivir en JERUSALÉN” (Isaías 4:2, 3)

“En los postreros días el Monte de la casa de Jehová será establecido en Cabeza de los montes…de Sión saldrá Doctrina, y la Palabra de Jehová de JERUSALÉN” (Miqueas 4:1, 2, 8)

“En aquel tiempo ellos llamarán a Jerusalén Trono de Jehová, y todas las naciones se reunirán en Jerusalén por el nombre de Jehová, y no irán más por la confirmación de su propio mal corazón” (Jeremías 3:17)

“Mira a Sión, cuidad de nuestras Fiestas solemnes, tus ojos verán a Jerusalén, Habitáculo tranquilo, Tabernáculo que no se disipará, sus estacas no serán removidas perpetuamente, sus cuerdas no serán rotas. (Isaías 33:20).

Además de otros pasajes como: (Isaías 24:23; 37:32, 66:10-14); (Zacarías 12:3, 6-10; 14:8, 11, 12, 21; Malaquías 3:2, 4; Salmos 122:1-7; Salmos 130:4-6)

Que por “Jerusalén” se entiende una Iglesia que debe ser establecida por el Señor y no la Jerusalén habitada por los Judíos, se esclarece en todos los detalles de la descripción en los pasajes citados: “Jehová Dios va a crear un nuevo cielo y una nueva tierra” y también a “Jerusalén”.

Al mismo tiempo; y que “esta futura será Corona de belleza y una Tierra del reino”; que será llamada “Santidad” y “la Ciudad de la verdad, el Trono de Jehová”, habitáculo tranquilo, Tabernáculo que no será destruido; “el lobo y el cordero comerán juntos”; y se dice que “los montes serán llenados con nuevo vino, y las colinas fluirán leche”, que “permanecerá por generación y generación”; además de otras circunstancias, con respecto al Pueblo que habita allí, que será “Santo todo el inscrito para vivir en ella”, y serán llamados “los Redimidos de Jehová”.

Además de todos aquellos pasajes que tratan de la Venida del Señor, y particularmente de su segunda Venida, cuando la tal Jerusalén será como es descrita aquí. Porque antes de esto ella no estaba casada, es decir, era aún “la Novia y la Esposa del Cordero”, como “la Nueva Jerusalén” que se dice en el Apocalipsis.

La primera o la Iglesia actual se entiende por “Jerusalén” y su principio está descrito en estas palabras de Daniel:

“Sabe, pues, y entiende que desde que salga la orden para restaurar y reedificar a JERUSALÉN hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas y ses. nta y dos semanas; ses. nta y dos semanas; la ciudad será restituida a edificada la calle y foso, pero, en tiempos de angustia” (Daniel 9:25); Pero su Fin se describe a través de estas palabras:

“Luego sobre ave de abominaciones la desolación, y hasta la consumación y muerte derramará sobre la devastación,” (Daniel 9:27)

Este último pasaje se entiende por las siguientes palabras del Señor en Mateo:

“Cuando viereis abominación asoladora, predicada por el Profeta Daniel el profeta, estar en el Lugar Santo” el que lee, entienda (Mateo 24:15)

Que “Jerusalén” en los pasajes anteriormente presentados no significa la Jerusalén habitada por lo Judíos puede constatarse por los textos en la Palabra, donde de esta se dice que fue directamente perdida, y destruida, por ejemplo en: (Jeremías 5:1; 6:6, 7; 7:17, 18, y siguiente; 8:6, 7, 8, y siguiente; 9:10, 11, 13, y siguiente; 13:9, 10, 14; 14:16; Lamentaciones 1:8, 9, 17; Ezequiel 4:1 hasta el final; 5:9 hasta el final; 5:9 hasta el final; 12:18, 19; 15:6-8; 16:1-63; 23:1-40; Mateo 23:37, 38; Lucas 19:41-44; 21:20-22; 23:28-30); además de otros pasajes. También donde se menciona a “Sodoma” (Isaías 3:9; Jeremías 23:14; Ezequiel 16:46, 48), y otros pasajes.

  
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Ezequiel 23:1-40

Studie

      

1 Y FUÉ á mí palabra de Jehová, diciendo:

2 Hijo del hombre, hubo dos mujeres, hijas de una madre,

3 Las cuales fornicaron en Egipto; en sus mocedades fornicaron. Allí fueron apretados sus pechos, y allí fueron estrujados los pechos de su virginidad.

4 Y llamábanse, la mayor, Aholah, y su hermana, Aholibah; las cuales fueron mías, y parieron hijos é hijas. Y llamáronse, Samaria, Aholah; y Jerusalem, Aholibah.

5 Y Aholah cometió fornicación en mi poder: y prendóse de sus amantes, los Asirios sus vecinos,

6 Vestidos de cárdeno, capitanes y príncipes, mancebos todos de codiciar, caballeros que andaban á caballo.

7 Y puso sus fornicaciones con ellos, con todos los más escogidos de los hijos de los Asirios, y con todos aquellos de quienes se enamoró: contaminóse con todos los ídolos de ellos.

8 Y no dejó sus fornicaciones de Egipto: porque con ella se echaron en su mocedad, y ellos comprimieron los pechos de su virginidad, y derramaron sobre ella su fornicación.

9 Por lo cual la entregué en mano de sus amantes, en mano de los hijos de los Asirios, de quienes se había enamorado.

10 Ellos descubrieron sus vergüenzas, tomaron sus hijos y sus hijas, y á ella mataron á cuchillo: y vino á ser de nombre entre las mujeres, pues en ella hicieron juicios.

11 Y viólo su hermana Aholibah, y estragó su amor más que ella; y sus fornicaciones, más que las fornicaciones de su hermana.

12 Enamoróse de los hijos de los Asirios, sus vecinos, capitanes y príncipes, vestidos en perfección, caballeros que andaban á caballo, todos ellos mancebos de codiciar.

13 Y vi que se había contaminado: un camino era el de ambas.

14 Y aumentó sus fornicaciones: pues cuando vió hombres pintados en la pared, imágenes de Caldeos pintadas de color,

15 Ceñidos de talabartes por sus lomos, y tiaras pintadas en sus cabezas, teniendo todos ellos parecer de capitanes, á la manera de los hombres de Babilonia, nacidos en tierra de Caldeos,

16 Enamoróse de ellos en viéndolos, y envióles mensajeros á la tierra de los Caldeos.

17 Y entraron á ella los hombres de Babilonia á la cama de los amores, y contamináronla con su fornicación; y ella también se contaminó con ellos, y su deseo se hartó de ellos.

18 Así hizo patentes sus fornicaciones, y descubrió sus vergüenzas: por lo cual mi alma se hartó de ella, como se había ya hartado mi alma de su hermana.

19 Aun multiplicó sus fornicaciones trayendo en memoria los días de su mocedad, en los cuales había fornicado en la tierra de Egipto.

20 Y enamoróse de sus rufianes, cuya carne es como carne de asnos, y cuyo flujo como flujo de caballos.

21 Así tornaste á la memoria la suciedad de tu mocedad, cuando comprimieron tus pechos en Egipto por los pechos de tu mocedad.

22 Por tanto, Aholibah, así ha dicho el Señor Jehová: He aquí que yo despierto tus amantes contra ti, de los cuales se hartó tu deseo, y yo les haré venir contra ti en derredor;

23 Los de Babilonia, y todos los Caldeos, mayordomos, y príncipes, y capitanes, todos los de Asiria con ellos: mancebos todos ellos de codiciar, capitanes y príncipes, nobles y principales, que montan á caballo todos ellos.

24 Y vendrán sobre ti carros, carretas, y ruedas, y multitud de pueblos. Escudos, y paveses, y capacetes pondrán contra ti en derredor; y yo daré el juicio delante de ellos, y por sus leyes te juzgarán.

25 Y pondré mi celo contra ti, y obrarán contigo con furor; quitarte han tu nariz y tus orejas; y lo que te quedare caerá á cuchillo. Ellos tomarán tus hijos y tus hijas, y tu residuo será consumido por el fuego.

26 Y te desnudarán de tus vestidos, y tomarán los vasos de tu gloria.

27 Y haré cesar de ti tu suciedad, y tu fornicación de la tierra de Egipto: ni más levantarás á ellos tus ojos, ni nunca más te acordarás de Egipto.

28 Porque así ha dicho el Señor Jehová: He aquí, yo te entrego en mano de aquellos que tú aborreciste, en mano de aquellos de los cuales se hartó tu deseo:

29 Los cuales obrarán contigo con odio, y tomarán todo lo que tú trabajaste, y te dejarán desnuda y descubierta: y descubriráse la torpeza de tus fornicaciones, y tu suciedad, y tus fornicaciones.

30 Estas cosas se harán contigo, porque fornicaste en pos de las gentes, con las cuales te contaminaste en sus ídolos.

31 En el camino de tu hermana anduviste: yo pues pondré su cáliz en tu mano.

32 Así ha dicho el Señor Jehová: Beberás el hondo y ancho cáliz de tu hermana; de ti se mofarán las gentes, y te escarnecerán: de grande cabida es.

33 Serás llena de embriaguez y de dolor por el cáliz de soledad y de asolamiento, por el cáliz de tu hermana Samaria.

34 Lo beberás pues, y lo agotarás, y quebrarás sus tiestos; y tus pechos arrancarás; porque yo he hablado, dice el Señor Jehová.

35 Por tanto, así ha dicho el Señor Jehová: Por cuanto te has olvidado de mí, y me has echado tras tus espaldas, por eso, lleva tú también tu suciedad y tus fornicaciones.

36 Y díjome Jehová: Hijo del hombre, ¿no juzgarás tú á Aholah, y á Aholibah, y les denunciarás sus abominaciones?

37 Porque han adulterado, y hay sangre en sus manos, y han fornicado con sus ídolos; y aun sus hijos que me habían engendrado, hicieron pasar por el fuego, quemándolos.

38 Aun esto más me hicieron: contaminaron mi santuario en aquel día, y profanaron mis sábados;

39 Pues habiendo sacrificado sus hijos á sus ídolos, entrábanse en mi santuario el mismo día para contaminarlo: y he aquí, así hicieron en medio de mi casa.

40 Y cuanto más, que enviaron por hombres que vienen de lejos, á los cuales había sido enviado mensajero: y he aquí vinieron; y por amor de ellos te lavaste, y alcoholaste tus ojos, y te ataviaste con adornos: