Esto es a veces difícil de imaginar, ya que la iglesia está formada por hombres y mujeres juntos, pero los Escritos nos dicen que la iglesia como "novia" no es ni masculina ni femenina; es una imagen de la verdad casada con la bondad divina del Señor. Una notable excepción a este significado aparece en Éxodo 4, cuando Séfora llama a Moisés su "novio de sangre". Allí tiene un significado algo opuesto, de maldad externa. A nivel humano, la novia representa el afecto por lo que es verdadero, y el novio representa el afecto por lo que es bueno. Sin embargo, la mayoría de las referencias en la Biblia utilizan los términos a un nivel más profundo, en el que el novio representa al Señor -que es el Amor Divino o la Bondad Divina- y la novia representa a la iglesia, unida al Señor a través de las ideas y el conocimiento de lo que es verdadero.