La Verdadera Religión Cristiana # 106
106. Estos dos estados se llaman asimismo su estado de reformación y su estado de regeneración. En el primer estado el hombre obra libremente, de conformidad con su mente racional, sin embargo obra las verdades sólo por constreñirse; en el segundo estado, que es el de la regeneración, obra igualmente con completa libertad, pero sin constreñimiento, porque en este estado desea y obra, piensa y habla, por virtud de un nuevo amor y una nueva inteligencia, que proceden del Señor. En el primer estado el entendimiento hace la parte principal, y la voluntad es subordinada, pero en el segundo la voluntad hace la primera parte, y el entendimiento la segunda; sin embargo, el entendimiento no deja de ser el que obra y ejecuta, si bien funciona por virtud de la voluntad, porque la voluntad no obra, sirviéndose del entendimiento como de algún instrumento. La conjunción del bien con la verdad, o sea del amor con la fe, o del hombre interior con el hombre exterior, no se efectúa de otra manera. Esta conjunción es según el Divino Orden, y debe existir en todas las cosas, para que puedan ser algo, y por esta razón se puede ver una ilustración de ella en toda cosa de la Naturaleza. Por ejemplo en el árbol. El primer estado de la conjunción, o sea el de la reformación, corresponde al primer estado del árbol cuando brota de su simiente, crece, echa ramas y hojas. El segundo estado, o sea el estado de la regeneración, corresponde al segundo estado del árbol, cuando lleva fruto y nueva simiente. Todo lo que hay en el árbol, menos la fruta y la simiente dentro de ella, corresponde a las verdades, y la fruta corresponde al bien. El hombre que se para en el primer estado, es decir, que es reformado, pero no regenerado, es como un árbol que sólo lleva hojas y no fruto, de cuyo árbol dicen las Escrituras, que será cortado y echado al fuego (Mateo 7:19).