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Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la haz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la haz de las aguas.
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Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la haz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la haz de las aguas.
47. Por estas cosas puede uno bien ver que el Universo forma un solo cuerpo, que adhiere en todo detalle, desde las primeras hasta las últimas cosas, porque es una obra que envuelve fines, causas y efectos en conexión indisoluble. Y puesto que en todo amor está el objeto final o sea el propósito, y en toda sabiduría la promoción del propósito por medio de las causas, y con ayuda de las causas, hasta ultimarlo en efectos, que son usos, sigue asimismo, que el Universo es una obra que envuelve Divino Amor, Divina Sabiduría y usos; por consiguiente una obra que adhiere desde sus primeras hasta sus últimas cosas.