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Exposición Breve de la Doctrina de la Nueva Iglesia # 0

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EXPOSICIÓN BREVE DE LA DOCTRINA DE LA NUEVA IGLESIA.

Que se entiende por la Nueva Jerusalén en el Apocalipsis.

Por Emanuel Swedenborg.

Traducción de Dr. L. E. Calleja. Revisada y cotejada con la versión inglesa en 2019 por el Rev. Johnny Villanueva y latina por el Dr. Andrés Omar Ayala.

Apocalipsis 21:2, 5: “Vi también que la ciudad santa, la nueva Jerusalén, descendía del cielo, de Dios, ataviada como una novia que se adorna para su esposo. El que estaba sentado en el trono dijo:

«Mira, yo hago nuevas todas las cosas.»

Y me dijo: «Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas.»”

CONTENIDOS Secciones

Introducción - 1

Doctrinas de la Iglesia Católica Romana respecto a la justificación, según el Concilio de Trento. - 2-8

Doctrinas de los Protestantes, respecto a la justificación, según la Fórmula de Concordia. - 9-15

Relación de las Doctrinas de la Nueva Iglesia. - 16

Diferencias entre las Doctrinas de la Iglesia actual y la Nueva Iglesia, consideradas bajo 25 artículos.

I. Las iglesias, que por la Reforma, se separaron de la Iglesia Católica Romana difieren en varios aspectos; pero todas convienen en los artículos con respecto a la Trinidad de Personas en la Divinidad, en el pecado original por Adán, en la imputación del mérito de Cristo, y en la justificación solo por la fe. - 17-18

II. Los Católicos Romanos, antes de la Reforma, enseñaban exactamente las mismas cosas que los Reformados antes de la Reforma, con respecto a los cuatro artículos anteriormente mencionados, a saber, una Trinidad de Personas en la Divinidad; el pecado original; la imputación del mérito de Cristo, y la justificación por la fe en Él; únicamente con esta diferencia, que ellos unían la fe con la caridad o las buenas obras. - 19-20

III. Los principales reformadores: Lutero, Melancthon y Calvino, conservaron todos los dogmas con respecto a la Trinidad de Personas de la Divinidad; al pecado original; a la imputación del mérito de Cristo, y a la justificación por la fe, de la misma manera que estaban y habían estado con los Católicos Romanos; pero separaron la caridad o las buenas obras de la fe; y declararon que no eran al mismo tiempo salvadoras. Con el objetivo de separarse de los Católicos Romanos establecieron esenciales para la Iglesia la fe y la caridad. - 21-23

IV. Sin embargo, los principales reformadores unieron las buenas obras y también se unieron a la fe; pero en este sentido vieron al hombre como objeto pasivo; mientras que los Católicos Romanos las unieron al hombre visto como sujeto activo. A pesar de esto, actualmente existe una conformidad entre ambos en cuanto a la fe, las obras y los méritos. - 24-29

V. Toda la Teología del mundo cristiano en nuestros días se funda sobre la idea de tres dioses. provenientes de la Doctrina de la Trinidad de Personas. - 30-38

VI. El dogma de esta teología aparece erróneo según la idea de la Trinidad de Personas; y por ello de tres Dioses. Esta idea ha sido rechazada. En cambio la de un Dios, en quien existe la Divina Trinidad, es recibida. - 39-40

VII. La verdadera fe salvadora, que es la fe en un solo Dios, unida con las buenas obras, es reconocida y recibida. - 41-42

VIII. Ésta es la fe en Dios el Salvador Jesucristo, que en forma sencilla se explica de la siguiente manera: I- Que hay un Dios, en quien existe la Divina Trinidad, y éste es el Señor Jesucristo. II- La fe salvadora es creer en Él. III- Debemos huir del mal, porque es del diablo y viene del diablo. IV- Debemos hacer el bien, porque es de Dios y viene de Dios. V- Y debe ser realizado por el hombre, como por sí mismo; pero debemos creer que es de Dios, en Él y por medio de Él. - 43-44

IX. La fe de nuestros días ha separado la religión de la Iglesia, porque la religión consiste en el reconocimiento de un Dios, y en el culto a Él por la fe de la caridad. - 45-46

X. La fe de la Iglesia en nuestros días no puede estar en conjunción con la caridad y producir frutos, que son las buenas obras. - 47-50

XI. Por la fe de la Iglesia en nuestros días resulta un culto de boca y no de vida, mientras que el culto de la boca es aceptado por el Señor, según el culto de la vida. - 51-52

XII. La doctrina de la Iglesia en nuestros días se encuentra amarrada por muchas paradojas, que deben ser abrazadas como la fe; y por lo mismo sus dogmas son admitidos solamente en la memoria y no en el entendimiento arriba de la memoria, mas únicamente en confirmaciones debajo de la memoria. - 53-57

XIII- Los dogmas de la iglesia en nuestros días no pueden aprenderse y retenerse sin gran dificultad, ni pueden ser predicados o enseñados sin tener que usar gran cuidado y precaución para conciliar su desnudez, porque la verdadera razón no los percibe ni los recibe. - 58-59

XIV. La doctrina de la fe de la iglesia en nuestros días atribuye a Dios propiedades humanas; como la de ver al hombre con ira; que necesita ser reconciliado; que Dios se reconcilia por medio del amor que siente hacia el Hijo, y por su intercesión; y que Él, para impartir su misericordia, requiere ser apaciguado a través de los sufrimientos del Hijo. Que Dios imputa la justicia de su Hijo al hombre injusto que suplica solo por medio de la fe. De este modo Dios convierte en amigo a aquel que era un enemigo, y un hijo de ira en un hijo de gracia. - 60-63

XV. La fe de la iglesia en nuestros días ha producido monstruosos nacimientos, tales como la salvación instantánea por la misericordia inmediata; la predestinación; que Dios no atiende a las acciones de los hombres, sino a la fe solamente; que no hay conexión entre la caridad y la fe; que el hombre en la conversión es como una piedra. De manera semejante ocurre con respecto a los sacramentos del Bautismo y la Santa Cena, a las ventajas que razonablemente se espera de ellos cuando se consideran según la doctrina de la justificación solo por la fe; como también respecto a la Persona de Cristo; y que las herejías de los primeros tiempos hasta el presente provienen del origen de aquella doctrina que se funda en la idea de tres Dioses. - 64-69

XVI. El último estado de la iglesia en nuestros días, que está en su fin, se caracteriza por la consumación del tiempo, y por la venida del Señor. (Mateo 24:3). - 70-73

XVII. La infestación por los errores, y de aquí la consumación de toda verdad, o la desolación que en nuestros días prevalece en las iglesias cristianas, se significa por la gran aflicción, del mismo modo que no la hubo al principio del mundo, ni la habrá (Mateo 24:21). - 74-76

XVIII. No habrá ni amor ni fe, ni conocimiento del bien y de la verdad, en el último tiempo de la Iglesia Cristiana, cuando llegue a su fin, se significa por las palabras en el mismo capítulo de Mateo 24, “Después de la aflicción de aquellos días, el sol se obscurecerá, y la luna no dará luz, y las estrellas caerán del cielo y los poderes de los cielos serán conmovidos.” (ver. 29). - 77-81

XIX. Los que están en la presente fe justificadora, se consideran los machos cabríos en Daniel y en Mateo. - 82-86

XX. Los que se han confirmado en la presente fe justificadora, se significan también en el Apocalipsis por el dragón, sus dos bestias, y por las langostas. Aquella misma fe cuando se confirma se entiende por la gran ciudad, que espiritualmente se llama Sodoma y Egipto en donde las dos testigos fueron ases. nadas, y también por la boca del abismo por donde las langostas salieron. - 87-90

XXI. Si la Nueva Iglesia no se hubiera establecido por el Señor, ninguno podría salvarse; y esto se significa por aquellas palabras, “Y si aquellos días no fuesen acortados, ninguna carne sería salva” (Mateo 24:22). - 91-94

XXII. La apertura y el rechazo de los dogmas de la fe de la iglesia en nuestros días y la revelación y recepción de los dogmas de la Nueva Iglesia, se significan por estas palabras en el Apocalipsis: “El que se sentaba sobre el trono, dijo: He aquí yo hago todas las cosas nuevas; y dijo: Escribe, Porque estas palabras son fieles y verdaderas.” (Cap. 21:5). - 95-98

XXIII. La Nueva Iglesia que debe establecerse por el Señor, es la Nueva Jerusalén que trata el (Apocalipsis 21 y 22), que se llama la Novia y la Esposa del Cordero. - 99-101

XXIV. La fe de la Nueva Iglesia de ninguna manera puede estar unida a la fe de la Iglesia actual, y si estuvieran juntas tendría lugar una colisión y conflicto tal que ninguna iglesia sería posible entre los hombres, porque parecería. - 102-104

XXV. Los Católicos Romanos de nuestros días no conocen nada de la imputación del mérito de Cristo, ni de la justificación de la fe en Él, en la que su Iglesia se inició al principio, porque está enteramente encubierta bajo su culto externo, que es numeroso. Por esta razón si cede en una parte por lo externo de su culto e inmediatamente se acerca a Dios, el Salvador Jesucristo y recibe la Santa Eucaristía en las dos especies, pueden venir a la Nueva Jerusalén, esto es, a la Nueva Iglesia del Señor, de manera más fácil que los Reformados. - 105-108

Sobre la Imputación. - 109-113

Dos Memorables del Apocalipsis Revelado. - 114-115

Apéndice.

La fe del Nuevo Cielo y la Nueva Iglesia en su Forma Universal. - 116

La fe del Nuevo Cielo y la Nueva Iglesia en su Forma Particular. - 117

Tres Memorables del Apocalipsis Revelado. - 118-120

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ბიბლია

 

Mateo 24

Სწავლა

   

1 Y SALIDO Jesús, íbase del templo; y se llegaron sus discípulos, para mostrarle los edificios del templo.

2 Y respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? de cierto os digo, que no será dejada aquí piedra sobre piedra, que no sea destruída.

3 Y sentándose él en el monte de las Olivas, se llegaron á él los discípulos aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del mundo?

4 Y respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe.

5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y á muchos engañarán.

6 Y oiréis guerras, y rumores de guerras: mirad que no os turbéis; porque es menester que todo esto acontezca; mas aún no es el fin.

7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestilencias, y hambres, y terremotos por los lugares.

8 Y todas estas cosas, principio de dolores.

9 Entonces os entregarán para ser afligidos, y os matarán; y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre.

10 Y muchos entonces serán escandalizados; y se entregarán unos á otros, y unos á otros se aborrecerán.

11 Y muchos falsos profetas se levantarán y engañarán á muchos.

12 Y por haberse multiplicado la maldad, la caridad de muchos se resfriará.

13 Mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo.

14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, por testimonio á todos los Gentiles; y entonces vendrá el fin.

15 Por tanto, cuando viereis la abominación del asolamiento, que fué dicha por Daniel profeta, que estará en el lugar santo, (el que lee, entienda),

16 Entonces los que están en Judea, huyan á los montes;

17 Y el que sobre el terrado, no descienda á tomar algo de su casa;

18 Y el que en el campo, no vuelva atrás á tomar sus vestidos.

19 Mas ­ay de las preñadas, y de las que crían en aquellos días!

20 Orad, pues, que vuestra huída no sea en invierno ni en sábado;

21 Porque habrá entonces grande aflicción, cual no fué desde el principio del mundo hasta ahora, ni será.

22 Y si aquellos días no fuesen acortados, ninguna carne sería salva; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.

23 Entonces, si alguno os dijere: He aquí está el Cristo, ó allí, no creáis.

24 Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y darán señales grandes y prodigios; de tal manera que engañarán, si es posible, aun á los escogidos.

25 He aquí os lo he dicho antes.

26 Así que, si os dijeren: He aquí en el desierto está; no salgáis: He aquí en las cámaras; no creáis.

27 Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del hombre.

28 Porque donde quiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas.

29 Y luego después de la aflicción de aquellos días, el sol se obscurecerá, y la luna no dará su lumbre, y las estrellas caerán del cielo, y las virtudes de los cielos serán conmovidas.

30 Y entonces se mostrará la señal del Hijo del hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del hombre que vendrá sobre las nubes del cielo, con grande poder y gloria.

31 Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán sus escogidos de los cuatro vientos, de un cabo del cielo hasta el otro.

32 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama se enternece, y las hojas brotan, sabéis que el verano está cerca.

33 Así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed que está cercano, á las puertas.

34 De cierto os digo, que no pasará esta generación, que todas estas cosas no acontezcan.

35 El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.

36 Empero del día y hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino mi Padre solo.

37 Mas como los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre.

38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día que Noé entró en el arca,

39 Y no conocieron hasta que vino el diluvio y llevó á todos, así será también la venida del Hijo del hombre.

40 Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado:

41 Dos mujeres moliendo á un molinillo; la una será tomada, y la otra será dejada.

42 Velad pues, porque no sabéis á qué hora ha de venir vuestro Señor.

43 Esto empero sabed, que si el padre de la familia supiese á cuál vela el ladrón había de venir, velaría, y no dejaría minar su casa.

44 Por tanto, también vosotros estad apercibidos; porque el Hijo del hombre ha de venir á la hora que no pensáis.

45 ¿Quién pues es el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su familia para que les dé alimento á tiempo?

46 Bienaventurado aquel siervo, al cual, cuando su señor viniere, le hallare haciendo así.

47 De cierto os digo, que sobre todos sus bienes le pondrá.

48 Y si aquel siervo malo dijere en su corazón Mi señor se tarda en venir:

49 Y comenzare á herir á sus consiervos, y aun á comer y á beber con los borrachos;

50 Vendrá el señor de aquel siervo en el día que no espera, y á la hora que no sabe,

51 Y le cortará por medio, y pondrá su parte con los hipócritas: allí será el lloro y el crujir de dientes.