Bible

 

Jueces 17

Studie

   

1 Hubo un varón del monte de Efraín, que se llamaba Micaía.

2 El cual dijo a su madre: Los mil cien siclos de plata que te fueron hurtados, por lo que tú maldecías oyéndolo yo, he aquí que yo tengo este dinero; yo lo había tomado. Entonces la madre dijo: Bendito seas del SEÑOR, hijo mío.

3 Y luego que él hubo vuelto a su madre los mil cien siclos de plata, su madre dijo: Yo he dedicado este dinero al SEÑOR de mi mano para ti, hijo mío, para que hagas una imagen de talla o de fundición; ahora, pues, yo te lo devuelvo.

4 Mas volviendo él a su madre el dinero, tomó su madre doscientos siclos de plata, y los dio al fundidor; y él le hizo de ellos una imagen de talla y de fundición, la cual fue puesta en casa de Micaía.

5 Y tuvo este hombre Micaía burdel de idolatría, y se hizo hacer efod y terafin (los vasos, vestidos e instrumentos pertenecientes al culto idolátrico ), y consagró uno de sus hijos; y le fue por sacerdote.

6 En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía como mejor le parecía.

7 Y había un joven de Belén de Judá, de la tribu de Judá, el cual era levita; y peregrinaba allí.

8 Este varón se había partido de la ciudad de Belén de Judá, para ir a vivir donde hallase; y llegando al monte de Efraín, vino a casa de Micaía, para de allí hacer su camino.

9 Y Micaía le dijo: ¿De dónde vienes? Y el levita le respondió: Soy de Belén de Judá, y voy a vivir donde hallare.

10 Entonces Micaía le dijo: Quédate en mi casa, y me serás en lugar de padre y sacerdote; y yo te daré diez siclos de plata por año, y el ordinario de vestidos, y tu comida. Y el levita se quedó.

11 Acordó, pues, el levita en morar con aquel hombre, y él lo tenía como a uno de sus hijos.

12 Y Micaía consagró al levita, y aquel joven le servía de sacerdote, y estaba en casa de Micaía.

13 Y Micaía dijo: Ahora sé que el SEÑOR me hará bien, pues que el levita es hecho mi sacerdote.

   

Komentář

 

Belén

  
Joseph and Mary arrive in Bethlehem, by William Brassey Hole

Hay una fuerte relación entre Ephrath y Belén en la Biblia; pueden ser dos nombres diferentes para la misma ciudad, o es posible que Ephrath describa un distrito que incluya Belén. En cualquier caso, juegan un papel clave en la Biblia. Belén es conocida como el lugar de nacimiento de Jesús, por supuesto, pero también fue el lugar de nacimiento de David y de Benjamín, y la madre de Benjamín, Raquel, fue enterrada allí.

La razón de esto es que Efrat y Belén (y Benjamín, por cierto) representan un elemento clave de nuestro cableado espiritual, un elemento que hace posible que tengamos una vida espiritual.

En los niveles más profundos, nuestra identidad, nuestra humanidad, es una cuestión de amor - lo que amamos nos hace ser lo que somos. Pero ese amor está encerrado dentro de nosotros; no es algo que podamos compartir con otros directamente. Para compartirlo, tenemos que darle una forma - y darle una forma significa que en realidad lo estamos convirtiendo en ideas, en verdad. Como verdad puede ser compartida, y si tenemos suerte las personas que la reciben podrán realizar el proceso en reversa, sintiendo e internalizando el amor contenido en esa verdad.

Este proceso, sin embargo, implica dos tipos de "saltos cuánticos". El amor es una cosa interna, y la verdad es una cosa externa (o como dice Swedenborg, el amor es de naturaleza celestial y la verdad es de naturaleza espiritual), y las cosas internas y las externas están separadas, en dos planos diferentes de existencia. Expresar el amor como verdad requiere un proceso especial, y recibir amor de la verdad también lo hace. Ahí es donde entra Belén.

Belén (y Efrata y Benjamín) representan lo que Swedenborg llama "lo espiritual de lo celestial". Aquí es donde el elemento celestial - el amor - puede empujar hacia la toma de una forma, puede llegar a ser tan "verdadero" como sea posible. Se corresponde con algo llamado "lo celestial de lo espiritual", donde el elemento espiritual - la verdad - puede llegar a ser tan "parecido al amor" como sea posible. A través de estos intermediarios el amor puede saltar la brecha, como los impulsos nerviosos que cruzan las sinapsis, o como los campos magnéticos que unen dos imanes. Es la única forma en que podemos convertir el amor en formas útiles, y la única forma en que podemos compartirlo.

Esto explica por qué José no podía revelarse a sus hermanos en Egipto hasta que Benjamín estuviera con ellos - José representa lo celestial de lo espiritual, y necesitaba ser emparejado con lo espiritual de lo celestial para comunicarse. También explica por qué el Señor tuvo que nacer en Belén: Vino en forma humana para que su perfecto, infinito y divino amor pudiera ser puesto en forma como verdad y compartido con nosotros. Eso tuvo que hacerse poniendo una cosa interna, celestial - Su amor - en una forma externa, espiritual - Su verdad. Eso sólo podía suceder a través de lo espiritual de lo celestial, que es Belén.

(Odkazy: Arcana Coelestia 4584, 4585 [5-6])