Bible

 

1 Samuel 5

Studie

   

1 Y los filisteos, tomada el arca de Dios, la trajeron desde Eben-ezer a Asdod.

2 Y tomaron los filisteos el arca de Dios, y la metieron en la casa de Dagón, y la pusieron junto a Dagón.

3 Y el siguiente día los de Asdod se levantaron de mañana, y he aquí Dagón postrado en tierra delante del arca del SEÑOR; y tomaron a Dagón, y lo volvieron a su lugar.

4 Y volviéndose a levantar de mañana el siguiente día, he aquí que Dagón había caído postrado en tierra delante del arca del SEÑOR; y la cabeza de Dagón, y las dos palmas de sus manos estaban cortadas sobre el umbral, habiéndole quedado a Dagón el tronco solamente.

5 Por esta causa los sacerdotes de Dagón, y todos los que en el templo de Dagón entran, no pisan el umbral de Dagón en Asdod, hasta hoy.

6 Pero se agravó la mano del SEÑOR sobre los de Asdod, y los destruyó, y los hirió con hemorroides en Asdod y en todos sus términos.

7 Y viendo esto los de Asdod, dijeron: No quede con nosotros el arca del Dios de Israel, porque su mano es dura sobre nosotros, y sobre nuestro Dios Dagón.

8 Enviaron, pues, a juntar a sí todos los príncipes de los filisteos, y dijeron: ¿Qué haremos del arca del Dios de Israel? Y ellos respondieron: Pásese el arca del Dios de Israel a Gat. Y pasaron allá el arca del Dios de Israel.

9 Y aconteció que cuando la hubieron pasado, la mano del SEÑOR fue contra la ciudad con gran quebrantamiento; e hirió a los hombres de aquella ciudad desde el chico hasta el grande, que se llenaron de hemorroides.

10 Entonces enviaron el arca de Dios a Ecrón. Y cuando el arca de Dios vino a Ecrón, los ecronitas dieron voces diciendo: Han pasado a mí el arca del Dios de Israel por matarme a mí y a mi pueblo.

11 Y enviaron a juntar todos los príncipes de los filisteos, diciendo: Despachad el arca del Dios de Israel, y vuélvase a su lugar, y no me mate a mí ni a mi pueblo; porque había quebrantamiento de muerte en toda la ciudad, y la mano de Dios se había allí agravado.

12 Y los que no morían, eran heridos de hemorroides; y el clamor de la ciudad subía al cielo.

   

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La Verdadera Religión Cristiana # 614

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614. Es pues claro que la remisión de los pecados no es un súbito aniquilamiento, o una extirpación repentina de ellos, sino que es su alejamiento y por consiguiente su separación sucesiva y lenta, a medida que el hombre recibe las verdades de la fe y vive en conformidad con ellas bajo el auspicio del Señor y por virtud de El. En la regeneración cada mal particular con sus innumerables concupiscencias es gradualmente alejado y sustituido por el bien, por el Señor; sin embargo, todo mal actual, del cual el hombre se ha apropiado por su vida, permanece con él, si bienes descartado e introducido en un estado latente, como si no existiese, por lo cual resulta, que el hombre es apartado del mal por el Señor y mantenido en el bien, y esto es lo que se verifica en el hombre en la regeneración. Una vez oí decir a uno que fue introducido en el primer cielo, que se hallaba libre de pecados, porque habían sido lavados—por la sangre de Cristo—añadió; pero era bueno y se hallaba: en ese error por ignorancia, y para que se convenciera de su error fue reintroducido en sus pecados particulares o actuales, y a medida que hacían su reaparición los reconoció uno por uno. Mediante esto se formó otro concepto de la manera en que se verifica la remisión de los pecados, el cual era, que el Señor aparta del mal a todo hombre, y también a todo ángel, y los mantiene en el bien. En el hombre regenerado los bienes introducidos por el Señor se hallan en el centro y en actividad, mientras que los males que han sido apartados se hallan hacia los bordes y como muertos; sin embargo, el hombre regenerado, y hasta el ángel, puede ser reintroducido en sus males por el Señor cuando a El place, y en este estado sus pecados vuelven con sus males a su percepción y los reconoce.

  
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