El Cielo y el Infierno #196
196. Esto se puede ilustrar por una comparación con los pensamientos del hombre, sea que para estos tampoco hay espacio, puesto que las cosas que con insistencia contempla el pensamiento aparecen como si estuvieren presentes. Él que reflexiona encuentra que tampoco para su vista hay distancia apreciable, sino es por objetos intermediarios en la extensión de la tierra, observados simultáneamente, o por el conocimiento que tenga, sabiendo que se hallan a tal o tal distancia. Esto acontece porque hay continuidad, y en lo que es continuo no aparecen las distancias, sino por las cosas que no son continuas. Mucho más es esto el caso con los ángeles, puesto que su vista obra en unión de su pensamiento y el pensamiento en unión de las inclinaciones, y porque las cosas parecen cercanas o distantes con variación según sus estados interiores, como queda dicho arriba.