来自斯威登堡的著作

 

El Cielo y el Infierno#396

学习本章节

  
/603  
  

396. Todo goce viene del amor, porque todo cuanto el hombre ama, siente como gozo. Ninguno tiene gozo de otro origen. Los goces del cuerpo o de la carne nacen todos del amor a sí mismo y del amor al mundo; de allí vienen también las concupiscencias y placeres derivados de ellas; los goces del alma o del espíritu, por otra parte, provienen del amor al Señor y del amor al prójimo; de allí son asimismo las inclinaciones al bien y a la verdad y las felicidades interiores. Estos amores con sus goces influyen del Señor y del cielo por vía interior, o desde arriba, y afectan las cosas interiores; pero los otros amores con sus goces influyen de la carne y del mundo por vía exterior, o sea desde abajo, y afectan las cosas exteriores. Por lo tanto, en la medida en que son recibidos los amores celestiales y afectan, se abren las cosas interiores, que son las del alma o del espíritu y, miran desde el mundo arriba hacia el cielo, pero en la medida en que se reciben los amores del mundo y afectan, se abren las cosas exteriores, que son las del cuerpo o de la carne, y se apartan del cielo, mirando al mundo. Según y conforme influyen y son recibidos los amores, influyen también sus goces; los goces del cielo en las cosas interiores, los goces del mundo en las exteriores, porque todo goce pertenece a su amor, según se ha dicho antes.

  
/603  
  

Swedenborg en Español website and Swedenborg Library, Bryn Athyn College of the New Church, Bryn Athyn, Pennsylvania.

来自斯威登堡的著作

 

El Cielo y el Infierno#316

学习本章节

  
/603  
  

316. Que el Señor resucitó no sólo en cuanto al espíritu, sino también en cuanto al cuerpo, fue porque el Señor, cuando estaba en el mundo, glorificó todo Su Humano, es decir, lo hizo Divino. El alma que Él tenía del Padre era en y por sí lo Divino Mismo, y el cuerpo fue hecho semejanza del alma, esto es, semejanza del Padre, es decir, también Divino. De ahí viene que Él, diferentemente de todo otro hombre, resucitó con respecto a ambos, lo cual también manifestó a los discípulos quienes al verle creían ver a un espíritu:

Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy, palpad y ved, que el espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo (Lucas 24:36-39),

indicando así que Él es hombre no sólo en cuanto al espíritu, sino también en cuanto al cuerpo.

A fin de que se sepa que el hombre vive después de la muerte, y según su vida en el mundo, va, o bien al cielo o bien al infierno, me han sido manifestadas cosas referentes al estado del hombre después de la muerte de las cuales hablaremos por su orden más adelante, donde trataremos del mundo de los espíritus.

  
/603  
  

Swedenborg en Español website and Swedenborg Library, Bryn Athyn College of the New Church, Bryn Athyn, Pennsylvania.