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¡Cuán grandes son sus señales, y cuán potentes sus maravillas! Su Reino, Reino sempiterno, y su señorío hasta generación y generación.
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¡Cuán grandes son sus señales, y cuán potentes sus maravillas! Su Reino, Reino sempiterno, y su señorío hasta generación y generación.
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Toda alma se someta a las potestades superiores; porque no hay potestad sino de Dios; y las que son, de Dios son ordenadas.