De obras de Swedenborg

 

La Verdadera Religión Cristiana #0

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La Verdadera Religión Cristiana

La Teología Universal del Nuevo Cielo y de la Nueva Iglesia

ÍNDICE GENERAL DEL CONTENIDO

El Prefacio del Autor: La Fe del Nuevo Cielo y de la Nueva Iglesia

Capítulo 1 - Dios Creador

Capítulo 2 - El Señor, El Redentor, y La Redención

Capítulo 3 - El Espíritu Santo y la Divina Operación, y La Divina Trinidad

Capítulo 4 - La Sagrada Escritura

Capítulo 5 - El Decálogo explicado en su sentido externo e interno

Capítulo 6 - La Fe

Capítulo 7 - La Caridad (amor al prójimo) y las buenas obras

Capítulo 8 - El libre Albedrío

Capítulo 9 - El Arrepentimiento

Capítulo 10 - La Reformación y Regeneración

Capítulo 11 - La Imputación

Capítulo 12 - El Bautismo

Capítulo 13 - La Santa Cena

Capítulo 14 - La Consumación del Siglo, La Venida del Señor, El Nuevo Cielo y la Nueva Tierra

Apéndices

Nota Preliminar al lector:

Siéndome por varias razones imposible realizar mi deseo de presentar por ahora una traducción completa de La Verdadera Religión Cristiana, Y por otra parte convencido de que las verdades expuestas por Swedenborg en dicha obra, aun siendo presentadas en forma abreviada, han de prestar valioso servicio a los que con sinceridad buscan la verdad, ofrezco la presente abreviación, entre tanto que la traducción completa pueda efectuarse, deseando cordialmente que resulte un medio en la mano del Señor para bendecir a muchos.

En esta abreviación he procurado en lo posible ceñirme a la letra del original, empleando las palabras del mismo Swedenborg tanto como la forma abreviada lo ha permitido.

Jørgen Andersen, el Traductor

Sociedad Swedenborg Española

Para establecer y fomentar la Nueva Iglesia en España

Alameda, 1911

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This translation was provided to us by the Swedenborg en Español website.

La Biblia

 

Apocalipsis 21

Estudio

   

1 Y VI un cielo nuevo, y una tierra nueva: porque el primer cielo y la primera tierra se fueron, y el mar ya no es.

2 Y yo Juan vi la santa ciudad, Jerusalem nueva, que descendía del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.

3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será su Dios con ellos.

4 Y limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será más; y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor: porque las primeras cosas son pasadas.

5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

6 Y díjome: Hecho es. Yo soy Alpha y Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré de la fuente del agua de vida gratuitamente.

7 El que venciere, poseerá todas las cosas; y yo seré su Dios, y él será mi hijo.

8 Mas á los temerosos é incrédulos, á los abominables y homicidas, á los fornicarios y hechiceros, y á los idólatras, y á todos los mentirosos, su parte será en el lago ardiendo con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

9 Y vino á mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete postreras plagas, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la esposa, mujer del Cordero.

10 Y llevóme en Espíritu á un grande y alto monte, y me mostró la grande ciudad santa de Jerusalem, que descendía del cielo de Dios,

11 Teniendo la claridad de Dios: y su luz era semejante á una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, resplandeciente como cristal.

12 Y tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres escritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel.

13 Al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al mediodiá tres puertas; al poniente tres puertas.

14 Y el muro de la ciudad tenía doce fundamentos, y en ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.

15 Y el que hablaba conmigo, tenía una medida de una caña de oro para medir la ciudad, y sus puertas, y su muro.

16 Y la ciudad está situada y puesta en cuadro, y su largura es tanta como su anchura: y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios: la largura y la altura y la anchura de ella son iguales.

17 Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es del ángel.

18 Y el material de su muro era de jaspe: mas la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio.

19 Y los fundamentos del muro de la ciudad estaban adornados de toda piedra preciosa. El primer fundamento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, calcedonia; el cuarto, esmeralda;

20 El quinto, sardónica; el sexto, sardio; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el nono, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista.

21 Y las doce puertas eran doce perlas, en cada una, una; cada puerta era de una perla. Y la plaza de la ciudad era de oro puro como vidrio trasparente.

22 Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.

23 Y la ciudad no tenía necesidad de sol, ni de luna, para que resplandezcan en ella: porque la claridad de Dios la iluminó, y el Cordero era su lumbrera.

24 Y las naciones que hubieren sido salvas andarán en la lumbre de ella: y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor á ella

25 Y sus puertas nunca serán cerradas de día, porque allí no habrá noche.

26 Y llevarán la gloria y la honra de las naciones á ella.

27 No entrará en ella ninguna cosa sucia, ó que hace abominación y mentira; sino solamente los que están escritos en el libro de la vida del Cordero.