318. (iv.)En todas las formas de uso hay una cierta imagen de lo Infinito y Eterno. Una imagen del infinito está manifiesta en estas formas en su esfuerzo y poder para llenar el espacio de todo el mundo, y aun de otros mundos, hasta lo infinito; porque de una sola semilla se produce un árbol, un matorral, que llena su propio espacio; de cada árbol, arbusto o planta se producen semillas por varios millares, que cuando se siembran y crecen, llenan el espacio; y si de cada semilla de estas nuevas semillas se producen otras y otras, en pocos años se llenaría todo el mundo y si la producción fuera continua, se llenarían muchos mundos, y así hasta lo infinito. Estimando un millar de semillas producidas de una, y mil multiplicando este millar por diez, por veinte, por cien, se verá cuán prodigioso es el desarrollo de una semilla. Igual imagen de lo eterno hay también en estas formas; las semillas se propagan de año en año, y la propagación jamás cesa; desde la creación del mundo hasta ahora no ha cesado, ni cesará hasta la eternidad. Estas dos son pruebas visibles y señales que testifican que todas las cosas en el universo fueron creadas por un Dios infinito y eterno. Además de estas imágenes de lo infinito y eterno, hay todavía otras varias; porque nunca puede haber una sustancia, estado o cosa en el universo creado igual o idéntico con otras, ni en las atmósferas, ni en la tierra, ni en las formas que salen de ellas; tampoco en ninguna de las formas que llenan el universo puede alguna ser producida lo mismo en la eternidad. Esto es plenamente visible en la variedad de formas y rasgos entre los hombres, ni una cara se repite en todo el mundo, ni puede repetirse en la eternidad; consiguientemente tampoco la mente, de la cual la cara es el tipo.
