Sabiduría Angélica Sobre El Divino Amor y La Divina Sabiduría #268

Por Emanuel Swedenborg

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268. (iii.) El mal y la falsedad confirmados en el hombre se hacen permanentes, y se convierten en su amor, y así en su vida.

La confirmación de los males y de las falsedades es simplemente la remoción del bien y de la verdad, que es un continuo aumento de su rechazamiento; porque el mal remueve y rechaza el bien, como la falsedad lo hace con la verdad. Por lo tanto, una confirmación del mal y la falsedad cierra el cielo, porque todo bien y toda verdad fluye en el hombre por el Señor en el cielo; y cuando el cielo fue cerrado, el hombre está en el infierno, en una sociedad en que dominan el mal y la falsedad como suyos propios, y de los cuales finalmente no puede liberarse. Se me ha permitido conversar con algunos que por años habían estado confirmados en las falsas doctrinas de su religión, y vi que permanecían adheridas a ellas, como cuando estaban en el mundo. Esto es porque todo lo que un hombre confirma por sí mismo se hace inherente en su voluntad y en su entendimiento, y esto constituye la vida del hombre. Y todo lo que es inherente a la vida del hombre, es inherente no sólo a su mente, sino también a todo su cuerpo. Por lo mismo, es evidente que el hombre que se ha confirmado en el mal y la falsedad se torna falso y malo de la cabeza a los pies; y siendo así todo él, su estado no puede invertirse por ningún proceso o cambiar a un estado opuesto, sino que irá a parar al infierno. Por esta y las anteriores exposiciones en esta proposición, puede verse cuál es el origen del mal.

  
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Traducido por el Dr. Calleja al español de la traducción al inglés por el Rev. John Whitehead. Transcrito y revisado por David Simpson, y también revisado por Daniel Calvo, y por los reverendos Andrew Heilman y Johnny Villanueva.