De obras de Swedenborg

 

El Cielo y el Infierno #522

Estudiar este pasaje

  
/ 603  
  

522. Pero primero se dirá lo que es la Divina misericordia. La Divina misericordia es la pura misericordia para con todo el género humano para salvarlo, está asimismo presente con todo hombre, y nunca le abandona, por lo cual todo el que puede ser salvo, se salva; pero nadie puede ser salvo sino por medios Divinos, cuyos medios se hallan revelados por el Señor, en el Verbo. Los medios Divinos son los que se llaman las Divinas verdades; éstas enseñan como el hombre ha de vivir, a fin de poder salvarse. El Señor guía por medio de ellas al hombre al cielo, y le da mediante ellas vida celestial; esto hace el Señor con todos, pero no puede dar la vida del cielo más que a los que se abstienen de obrar el mal, porque el mal se opone. Por consiguiente, en la medida en que el hombre se abstiene de obrar el mal le guía el Señor por sus medios Divinos, por pura misericordia, y esto desde la infancia hasta el fin de su vida en el mundo, y luego eternamente, y esta es la Divina misericordia de que se trata. Es por esto claro que la misericordia del Señor es pura misericordia, pero no inmediata, es decir, no es así que salva a todos por beneplácito, cualquiera que haya sido la calidad de su vida.

  
/ 603  
  

Swedenborg en Español website and Swedenborg Library, Bryn Athyn College of the New Church, Bryn Athyn, Pennsylvania.

De obras de Swedenborg

 

El Cielo y el Infierno #363

Estudiar este pasaje

  
/ 603  
  

363. En cada hombre permanece después de la muerte la inclinación o amor predominante. Este no cesa de existir en toda eternidad, siendo así que el espíritu del hombre es exactamente como su amor, y lo que es un arcano, el cuerpo de cada ángel y de cada espíritu es forma exterior de su amor y corresponde exactamente a la forma interior, que es la de su alma y mente. Esta es la razón por la cual los espíritus se conocen por el rostro, por su porte y por su habla, cuáles y cómo son; y así se conocería también el hombre mientras que vive en el mundo, con respecto a su espíritu, si no hubiera aprendido a disimular con el rostro, su comportamiento y su habla, y aparentar ser lo que no es. Es, pues, evidente que el hombre permanece eternamente tal cual es su inclinación o amor predominante. Me ha sido permitido hablar con hombres que vivían hace mil setecientos años, cuya vida es conocida por referencias en escritos de aquel tiempo, y he averiguado que todavía les guía su amor tal cual era entonces. Claro es por la misma razón que el amor a las riquezas y a las comodidades que traen consigo también continúa en cada uno eternamente tal cual era en el mundo, con la diferencia, sin embargo, que las riquezas para los que las han aplicado a fines útiles se convierten en goces conforme los usos, mientras que las riquezas para los que las han aplicado a usos malos se convierten en sordidez, de la cual se gozan entonces como en el mundo se gozaban de las riquezas que les servían para malos usos. La razón por la cual entonces se goza de la sordidez es porque los apetitos impuros y viciosos, que eran sus usos, y también la avaricia, que es amor a las riquezas sin uso, corresponden a la sordidez. La sordidez espiritual no es otra cosa.

  
/ 603  
  

Swedenborg en Español website and Swedenborg Library, Bryn Athyn College of the New Church, Bryn Athyn, Pennsylvania.