3. Aquellos de la iglesia que han negado al Señor, reconociendo tan sólo al Padre, y que se han confirmado en semejante fe, están fuera del cielo, y puesto que en ellos no tiene lugar influjo alguno del cielo, donde el Señor solo es adorado, son gradualmente privados de la facultad de pensar la verdad de cualquier cosa, y acaban por quedar o bien como mudos o bien hablando necedades, con el paso vacilante, los brazos pendientes y vibrando como si les faltare fuerzas en las articulaciones. Por otra parte, aquellos que han negado la Divinidad del Señor, reconociendo tan sólo su Humanidad, como los Socinianos, están igualmente fuera del cielo; son conducidos adelante un poco hacia la derecha, y despedidos en la profundidad, siendo así enteramente separados del resto del mundo cristiano. Pero los que se dicen creer en una Divinidad invisible, a la que llaman Ente del Universo (Ens Universi) y a la que atribuyen todas las cosas, rechazando la fe en el Señor, se aperciben de que no creen en Dios alguno, porque la Divinidad invisible es para ellos lo mismo que la Naturaleza en sus rudimentos, los cuales no pueden ser objeto de fe ni de amor porque no alcanza a ellos el pensamiento. Estos son desterrados con aquellos que se llaman naturalistas. Otra cosa sucede con los que han nacido fuera de la iglesia, llamados gentiles, de quienes hablaremos más adelante.

7533. 'And Jehovah made Pharaoh's heart unyielding' means that they remained obstinate. This is clear from the meaning of 'the heart being made unyielding', 'hardened', and 'stubborn' as obstinacy, dealt with in 7272, 7300, 7305. When it says that Jehovah made his heart unyielding the meaning in the internal sense is not that Jehovah but that they themselves made their heart unyielding, that is, remained obstinate. For the evil present with a person is what makes him unyielding or obstinately opposed to Divine things. Such evil comes out of the person himself; and it enters him from hell, not from heaven. Nothing but good can enter him from the Lord by way of heaven; evil cannot emanate from good, still less from Goodness itself. Evil emanates from origins of its own, that is to say, from the opposites of love to God and love towards the neighbour. Such origins reside with man, not at all with God. From this it is evident that when it states in the Word that God causes something bad to happen, it is a statement made in accordance with outward appearances. But for more on these matters see 2447, 6991, 6997.