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Apéndice a la obra El Caballo Blanco #1

  
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1. APÉNDICE AL TRATADO SOBRE “EL CABALLO BLANCO

Que un “caballo” signifique el entendimiento de la verdad, y en el sentido opuesto los razonamientos, que aparecen como si fueran el resultado del entendimiento en confirmación de la falsedad, necesariamente parecerá extraño en nuestros días; por lo mismo aduciré aquí más pasajes de la Palabra, en donde se menciona el caballo. He aquí esos pasajes:

“¿Está enojado Jehovah contra los ríos? O de enciende contra los ríos tu indignación, o contra el mar el desborde de tu ira, para que cabalgues sobre tus caballos, sobre tus carros de salvación… Tú marchas sobre el mar con tus caballos, sobre la mole de las grandes aguas.” – Habacuc 3:8, 15.

“… Los cascos de sus caballos son reputados como pedernal, y las ruedas de sus carros son como el torbellino.” – Isaías 5:28.

“¡A tu reprensión, oh Dios de Jacob, el carro y el caballo yacen postrados en un sueño profundo!” – Salmos 86:6.

“… y trastornaré el trono de los reinos; y destruiré la potencia de los reyes de las naciones; y volcaré los carros de guerra y los que van en ellos; y caerán los caballos y sus jinetes, cada uno bajo la espada se hermanan.” – Hageo 2:22.

“Y yo cortaré de en medio de Efraím el carro de guerra, y el caballo de en medio de Jerusalén… porque él habla a paz a las naciones.” – Zacarías 9:10.

2. En estos pasajes “caballo” significa el entendimiento de la verdad de la iglesia; y “carro” la doctrina derivada de allí; y “los que corren en los carros y en los caballos.” Significan los que tienen entendimiento y retienen la doctrina de la Palabra. Esto puede aparecer más evidente por los pasajes siguientes:

“… Congregaos y venid juntos de todas partes al sacrificio mío, que preparo para vosotros, sacrificio grande sobre las serranías de Israel; para que comáis carne y bebáis sangre… y en mi mesa os hartaréis de caballos y de los tiros de carros… Así manifestaré mi gloria entre las naciones.” – Ezequiel 39:17, 20, 21.

“…Venid; juntaos a la cena del gran Dios; para que comáis carne… de caballos y de sus jinetes.” – Apocalipsis 19:17, 18.

Aquí se trata de la Nueva Iglesia que deberá ser establecida por el Señor, y que el entendimiento de la Palabra será entonces abierto y serán instruidos en la doctrina de la verdad proveniente de ella; de otro modo, ¿no sería hasta ridículo decir que “Se sentarán a la mesa del Señor con caballos y carros, y comerán carne de caballos y de sus jinetes? Además, el significado de “caballo” y “carro” es evidente por los pasajes siguientes:

“¡Cíñete tu espada sobre el muslo, oh valiente!... Monta tu carro a causa de la verdad.” – Salmos 45:3, 4.

“¡Cantad, exaltad al que camina en las nubes!” – Salmos 68:5.

“Jehovah camina sobre una nube.” – Isaías 19:1.

“¡Tributad fortaleza a Dios! Sobre Israel está su majestad, y su poder en los cielos. ¡Terrible eres, oh Dios, desde tus santuarios; el Dios de Israel es el que da fortaleza y fuerza al pueblo.” – Salmos 68:34, 35.

“Dios vuela sobre un querubín.” – Salmos 18:10

“Entonces te deleitarás en Jehovah, y yo te haré correr sobre lugares altos de la tierra.” Isaías 58:14; Deuteronomio 32:12, 13.

“Yo haré caminar a Efraím.” – Oseas 10:11.

En estos lugares “caminar o correr” significa instruir y ser instruido en las verdades de la doctrina, y por ende ser sabio. “Los altos lugares de la tierra” significa las verdades más sublimes de la iglesia, y “Efraím” también significa el entendimiento de la Palabra. Lo mismo se significa por los “caballos” y los “carros” en Zacarías.

“… Vi cuatro carros de guerra que iban saliendo por entre dos montes; los cuales montes, eran montes de bronce. En el primer carro había caballos rojos; y en el carro segundo caballos negros; y en el carro tercero, caballos blancos; y en el cuarto carro, caballos tordillos, veloces; … y el ángel contestó, diciéndome: Estos caballos son los cuatro vientos del cielo, que van saliendo de su puesto, junto al Señor de toda la tierra. Los caballos negros que están en el carro segundo, salen hacia la tierra del Norte, y los blancos salen tras ellos; y los tordillos salen hacia la tierra del Sur y los tordillos veloces salieron, y deseaban caminar para recorrer la tierra. Y el ángel les dijo: ¡Caminad! ¡Recorred la tierra! En efecto, ellos recorrieron la tierra. El ángel entonces me llamó, y me habló, diciendo: Mira que los que salieron hacia la tierra del Norte, han sosegado la indignación de mi espíritu contra la tierra del Norte… Y los que están lejos vendrán y edificarán el Templo de Jehovah; y conoceréis que Jehovah de los Ejércitos me ha enviado a vosotros. Es decir que esto os sucederá, si escuchareis atentamente la voz de Jehovah vuestro Dios.” – Zacarías 6:1-8, 15.

Y también por estas palabras en el Apocalipsis:

“Vi cuando el Cordero abrió el primero de los siete sellos; y el primero de los cuatro seres vivientes, que decía, como con voz de trueno: ¡Ven! Y miré, y he aquí un caballo blanco, y su jinete tenía un arco, y le fue dada una corona; y salió venciendo, y para vencer. Y cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía ¡Ven! Y salió otro caballo, rojo; y a su jinete le fue dado quitar de la tierra la paz, y hacer que los hombres se matasen unos a otros; y le fue dada una grande espada. Y cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente que decía ¡Ven! Y miré, y he aquí un caballo negro, y su jinete tenía una balanza en su mano. Y oí una voz en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario, y no dañes el aceite ni el vino. Y cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: ¡Ven! Y miré, y he aquí un caballo pálido, y su jinete se llamaba la Muerte, y el mundo de los muertos seguía en pos de él. Y a estos les fue dad autoridad sobre las cuatro partes de la tierra, para matar a espada y con hambre y con peste, y por medio de las fieras de la tierra.” (6:1-8).

Por “el libro”, los sellos del cual el Cordero abrió, se entiende la Palabra, y por la Palabra es evidente que el entendimiento de ella puede surgir porque ¿qué otra cosa podría entenderse por “caballos que salen de un libro abierto?”

3. De las mismas expresiones en el sentido opuesto es evidente que “caballo” significa el entendimiento de la verdad, y “carro” doctrina; y sin embargo en el sentido opuesto, “un caballo” significa el entendimiento de la verdad cuando es falsificada por los razonamientos, y “un carro” la doctrina de la herejía derivada de aquella; como en los pasajes siguientes:

“¡Ay de los que bajan a Egipto por socorro, y se apoyan en caballos y ponen su confianza en carros de guerra porque son muchos, y en caballería por ser muy fuerte; pero no miran al Santo de Israel; … pero los egipcios son hombres, y no Dios, y sus caballos son carne, y no espíritu; cuando pues Jehovah extendiere su mano, tropezarán los ayudantes y caerán los ayudados, y todos ellos fracasarán juntos.” – Isaías 31:1, 3.

“Cuando hubieres llegado a la tierra que Jehovah tu Dios te da, y la tuvieres en posesión, y habitares en ella, y dijeres: Yo quiero poner sobre mí un rey, como todas las naciones que están en mis alrededores; indispensablemente pondrás sobre ti por rey a aquel que escogiere Jehovah tu Dios; a uno de en medio de tus hermanos pondrás por rey sobre ti; no podrás poner sobre ti a hombre de tierra extraña, que no fuere hermano tuyo. Tu rey, empero, no ha de multiplicar para sí caballos, ni hará volver el pueblo a Egipto para hacer que abunden los caballos; por cuanto Jehovah os ha dicho: nunca más habéis de volver por este camino.” – Deuteronomio 17:14-16.

Estas cosas se dijeron, porque “Egipto” representa al hombre natural, que por razonamientos sacados de los sentidos corporales, pervierte las verdades de la Palabra. Porque ¿Qué otra cosa podría entenderse por “los caballos de Egipto son carne, y no espíritu” y por “el rey no multiplicará caballos”, sino falsedades de religión?

“Asur no nos salvará, no correremos a caballo.” – Oseas 14:4.

“Algunos confían en carros, y otros en caballos; nosotros glorificaremos el nombre de nuestro Dios.” – Salmos 10:8.

“Porque así dijo Jehovah el Señor, el santo de Israel… Antes habéis dicho: no, pues que a caballo huiremos; por tanto, tendréis que huir; y sobre veloces corceles cabalgáramos; por tanto, serán veloces los que os persiguen.” – Isaías 30:15, 16.

“Contra los pastores se ha encendido mi ira, y castigaré a los machos cabríos; porque Jehovah de los Ejércitos ha visitado su rebaño, la casa de Judá; y los pone como majestuoso caballo suyo en la batalla. De ella saldrá a la piedra angular, de ella el clavo, de ella el arco de batalla, de ella todo caudillo juntamente. Y serán como valientes que huellan a sus enemigos en el barro de las calles; y pelearán, por cuanto Jehovah está con ellos y los jinetes serán avergonzados.” – Zacarías 10:3-5.

“Así dice Jehovah el Señor: he aquí que voy a traer contra Tiro a Nabucodonosor rey de Babilonia, rey de reyes, desde el norte, con caballos y carros y caballería y asamblea de naciones y mucha gente. Y matará a espada a tus hijas en el campo, y pondrá cerco contra ti, y levantará contra ti terraplenes, y alzará contra ti paveses. Y pondrá sus arietes contra tus muros, y derribará tus torres con sus hechas. A causa de la muchedumbre de sus caballos, te cubrirá el polvo de ellos; por el estruendo de su caballería y de sus carretas y de sus carros de guerra temblarán tus muros, cuando él entrare por tus puertas como quien entra en una ciudad en la cual abrió una brecha con los cascos de sus caballos hollarán todas tus calles; a tu pueblo le matará a espada, y las columnas de tu fuerza bajarán a tierra.” – Ezequiel 26:7-11.

En la Palabra “Tiro” significa la iglesia en cuanto al conocimiento del bien y la verdad; y “el rey de Babilonia”, sus falsificaciones y su profanación; y por causa de esto se dice que “vendrá con caballos, y carros, y caballería, y a causa de la muchedumbre de sus caballos lo cubrirá el polvo de ellos.”

“¡Ay de la ciudad sanguinaria! Toda ella está llena de mentiras y de rapiña; nunca suelta la presa. ¡Oyese estruendo de látigos, y estruendo de ruedas impetuosas, y de caballos que corren, y de carros que ruedan, y de caballería que carga! ¡Se ve también el brillo de la espada, y el relampagueo de la lanza; y hay una multitud de muertos; montones de cadáveres; y no hay fin de los cuerpos muertos; tropiezan las gentes contra los cuerpos muertos! A causa es esto de la muchedumbre de las fornicaciones de la ramera, la hermosa y agraciada; maestra de hechizos; la cual esclaviza a las naciones con sus fornicaciones, y a las parentelas de la tierra con sus hechizos.” – Nahúm 3:1-4.

“Una ciudad sanguinaria” Significa doctrina sacada de las verdades de la Palabra falsificadas. Además, en otros pasajes, como (Isaías 5:26, 28; Jeremías 6:23; 8:16; 46:4, 9; 50:37, 38, 43; Ezequiel 17:15; 23:5, 20; Habacuc 1:6, 8-10; Salmos 66:11, 12; 147:10). El entendimiento de la verdad de la Palabra, falsificada y destruida, es también significada por “los caballos rojo, negro y pálido”, en el Apocalipsis (6:4, 5, 8). Por cuanto, pues, que el entendimiento de la verdad es significado por “un caballo”, y en el sentido opuesto, el entendimiento de la falsedad, puede aparecer por lo mismo que es la cualidad de la Palabra en el sentido espiritual.

4. Sabido es que en Egipto hubo jeroglíficos que fueron inscritos en las columnas y en los muros de los templos y de otras construcciones, y que nadie en nuestros fías es capaz de descifrar su significado. Esos jeroglíficos no fueron otra cosa más que la correspondencia de las cosas naturales y espirituales, a cuya ciencia se aplicaban los egipcios, más que ningún otro pueblo de Asia, y según la cual los más antiguos pueblos de Grecia formaron sus fábulas. Porque este estilo y solamente este, fue el más antiguo estilo de composición. A esto debo agregar esta nueva información: que todas las cosas vistas por los espíritus y los ángeles en el mundo espiritual, son solamente correspondencias; y toda la Escritura Sagrada, a causa de esto, está escrita por correspondencias, para que ello pueda ser el medio de unión entre el cielo y los hombres de la iglesia y los ángeles del cielo. Pero como los egipcios, y con ellos los pueblos de los reinos de Asia, comenzaron a convertir esas correspondencias en idolatrías, a las cuales se adhirieron los hijos de Israel, se les prohibió a estos usar aquellas idolatrías. Esto es evidente por el primer precepto del Decálogo, que dice:

“No harás para ti escultura, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni de lo que está abajo en la tierra, ni de lo que están en las aguas debajo de la tierra; no te inclinarás a ellas, ni les darás culto; porque yo soy Jehovah tu Dios; Dios celoso, que visito la iniquidad de los padres sobre los hijos, hasta la tercera y la cuarta generación de los que me odias.” – Deuteronomio 5:8, 9.

Además de otros muchos pasajes por donde quiera. De aquel tiempo a acá la ciencia de las correspondencias llegó a olvidarse, y sucesivamente a tal grado que, al presente hay escasamente quien conozca que existió y que puede ser algo. Pero porque el Señor está ahora estableciendo la Nueva Iglesia que tendrá su fundamento en la Palabra, y que se significa por la Nueva Jerusalén en el Apocalipsis, le plugo al Señor revelar esta ciencia, y así abrir la Palabra, que interiormente está en su seno o sea en su sentido espiritual. Esto lo he hecho en las obras intituladas Arcanos Celestiales, y el Apocalipsis Revelado. Como la ciencia de las correspondencias fue estimada por los antiguos, la ciencia de las ciencias, y constituía la sabiduría de ellos, es importante para algunos dedicar su atención a esta ciencia, y esto puede hacerse especialmente por las correspondencias descubiertas en El Apocalipsis Revelado y demostradas por la Palabra.

  
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Traducido por el Dr. Calleja al español de la traducción al inglés por el Rev. John Whitehead. Transcrito y revisado por Daniel Calvo Naranjo y pelo Rev. Johnny Villanueva.

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El Caballo Blanco #1

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1. EL CABALLO BLANCO DE QUE HABLA EL APOCALIPSIS EN EL CAPÍTULO 19.

En el Apocalipsis de Juan la Palabra se describe así su sentido espiritual o interno:

“Y vi el cielo abierto, y he aquí un caballo blanco, y el que estaba montado sobre él, se llamaba Fiel y Verdadero; y en justicia juzga y combate. Y sus ojos son una llama de fuego, y sobre su cabeza hay muchas diademas, y tiene un nombre escrito, que nadie sabe, sino Él mismo. Y vestía una ropa rociada de sangre, y su nombre es “la Palabra de Dios. ” Y los ejércitos que están en el cielo le seguían montados en caballos blancos, y vestidos de lino fino, blanco y puro. Y en su vestidura y sobre su muslo tiene este nombre escrito: “Rey de Reyes y Señor de Señores” (Apocalipsis 19:11-14, 16).

Nadie puede conocer lo que significan estas cosas, sino por el sentido interno. Es evidente que todas sin excepción son representativas y significativas, como cuando se dice que “el cielo se abrió”; que había allí “un caballo blanco”; que “uno estaba montado en él”; que “juzgando y combatiendo en justicia”; que “sus ojos eran como llama de fuego”; que “en su cabeza tenía muchas diademas”; que “tenía un nombre que nadie conocía sino él”; que “estaba cubierto con un vestido manchado de sangre”; que “los ejércitos que estaban en el cielo lo seguían montados en caballos blancos”; que “estaban vestidos de lino fino, blanco y puro”; que “en su vestido y sobre su muslo tenía escrito un nombre”. Expresamente se dice que es “La Palabra”, y que el Señor que es la Palabra; porque se dice: “su nombre es llamado la Palabra de Dios”; y después “que Él tiene en su vestidura y sobre su muslo escrito: Rey de reyes, y Señor de señores. ” Por la interpretación de cada una de estas palabras aparece evidentemente está aquí descrita en su sentido espiritual o interno. Por “el cielo abierto” se representa y se significa que el sentido interno de la Palabra es visto en el cielo, y de aquí también por aquellos del mundo para quienes se abre el cielo. “El caballo blanco” representa y significa el entendimiento de la Palabra en cuanto a sus interiores; que ese es el significado del “caballo blanco” se demostrará ahora. Que “el que lo montaba” es el Señor en cuanto a la Palabra, así está manifestado en la Palabra misma, porque allí se dice “su nombre es llamado la Palabra de Dios”; y según el bien es llamado “fiel y que juzga en justicia”; y según la verdad es llamado “verdadero y que combate en justicia”; porque el Señor mismo es justicia, “sus ojos son como llama de fuego”, significa la Divina verdad procedente del Divino bien de su Divino amor. “Las muchas diademas sobre su cabeza” significan todos los bienes y todas las verdades de la fe. “Tener un nombre escrito que nadie conoce sino Él mismo” significa que la cualidad de la Palabra en el sentido interno no es vista por nadie sino por Él, y por aquellos a quienes Él la revela. “Vestido con una vestidura manchada de sangre” significa la Palabra en la letra, cuyo sentido fue violentado. “Los ejércitos de los cielos, que lo seguían montados en caballos blancos” significa los que entienden la Palabra en su sentido interior. “Vestidos de lino fino, blanco y puro” significa aquellos que tienen la verdad según el bien. Que sobre su vestido y sobre su muslo tiene un nombre escrito” significa la verdad y el bien, y su cualidad. Por estas cosas y por las que preceden, es evidente lo que está predicho, que en el último tiempo de la iglesia sería abierto el sentido espiritual o interno de la Palabra; y lo que debería acontecer allí también está escrito en los versículos 17 y 21.

“Y vi a un ángel puesto de pie en el sol el cual clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: venid, juntaos a la cena del gran Dios, para que comáis carne de reyes, y carne de tribunos, y carne de valientes, y carne de caballos y de los que se sientas sobre ellos, y carne de los de toda clase, así libres como esclavos, así pequeños como grandes. Y vi la bestia, y a los reyes de la tierra y sus ejércitos, congregados para hacer guerra contra aquel que estaba sentado sobre el caballo blanco y contra su ejército. Y fue tomada la bestia, y con ella el falso profeta que había hecho prodigios en su presencia, con los cuales él había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y los que adoraban su imagen. Estos dos fueron echados vivos en el lago de fuego que arde con azufre. Y los demás fueron muertos con la espada de Aquel que estaba sentado sobre el caballo blanco, espada que salía de su boca; y todas las aves se hartaron de las carnes de ellos” (17-21).

Que tales cosas sean significadas por esas palabras no hay necesidad de mostrarse aquí, pues cada una de esas cosas fue mostrada en los Arcanos Celestiales, por ejemplo: que el Señor es la Palabra, porque Él es la Divina verdad, (ns. Arcanos Celestiales 2533, 2803, 2894, 5272, 7678). Que la Palabra es la Divina verdad (ns. 4692, 5075, 9987). Que porque el Señor es justicia, por lo tanto se dice que “El que cabalga en el caballo juzgando y combatiendo en justicia” y que el Señor es llamado “justicia” por esta razón, porque por su propio poder Él ha salvado al género humano (ns. 1813, 2025-2027, 9715, 9809, 10019, 10152). Y que la “justicia” es el mérito que pertenece al Señor solamente (ns. 9715, 9979). Que “sus ojos son como llama de fuego”, significa la Divina verdad que viene del Divino bien del Divino amor, es porque “los ojos” significan el entendimiento y la verdad de la fe (ns. 2701, 4403-4421, 4523-4534, 6923, 9051, 10569); y una “llama de fuego” significa el bien del amor (ns. 934, 4906, 5215, 6314, 6832). Que “las diademas que estaban sobre Su cabeza” significan todos los bienes y todas las verdades de la fe (ns. 114, 3858, 6335, 6640, 9863, 9865, 9868, 9873, 9905). Que “Él tenía un nombre escrito, que ninguno conocía sino Él mismo” significa que la cualidad de la Palabra en el sentido interno no es vista por ninguno, sino por Él mismo, y por aquellos a quienes Él lo revela, es, porque “un nombre” significa la cualidad de una cosa (ns. 144, 145, 1754, 1896, 2009, 2724[1-3], 3006, 3237, 3421, 6674, 9310). Que “trajeado con una vestidura salpicada de sangre” significa la Palabra en la letra, a la que se ha hecho violencia, es porque “una vestidura” significa la verdad que reviste al bien (ns. 1073, 2576, 5248, 5319, 5954, 9212, 9216, 9952, 10536) especialmente la verdad en lo último, esto es, la Palabra en la letra (ns. 5248, 6918, 9158, 9212); y porque “sangre” significa violencia a la verdad, hecha por la falsedad (ns. 374, 1005, 4735, 5476, 9127). Que “los ejércitos de los cielos seguían sobre caballos blancos”, significa los que están en el entendimiento de la Palabra en cuanto a sus interiores, es porque “Ejércitos” significan los que están en las verdades y los bienes del cielo y de la iglesia (ns. 3448, 7236, 7988, 8019). Y “un caballo” significa el entendimiento (ns. 3217, 5321, 6125, 6400, 6534, 7024, 8146, 8381). Y “blanco” significa la verdad que está en la luz del cielo; por consiguiente la verdad interior (ns. 3301, 3993, 4007, 5319). Que “vestido con lino fino, blanco y limpio” significan aquellos que están en la verdad según el bien, es porque “lino fino” o “lino” simplemente significa la verdad de origen celestial, que es la verdad según el bien (ns. 5319, 9469). Que “un nombre escrito sobre la vestidura y sobre el muslo” significa la verdad y el bien, y su cualidad, es porque una vestidura” significa la verdad, y “un nombre” cualidad, como se ha observado arriba, y “el muslo” significa el bien del amor (ns. 3021, 4277, 4280, 9961, 10488). “Rey de reyes y Señor de señores” es el Señor en cuanto a la Divina verdad y en cuanto al Divino bien; el Señor es llamado “Rey” según la Divina verdad (ns. 3009, 5068, 6148). Y es llamado “Señor” según el Divino bien (ns. 4973, 9167, 9194). De aquí aparece cuál es la cualidad de la Palabra en el sentido espiritual o interno, y que no hay en ella ninguna expresión que no signifique algo espiritual, esto es, algo perteneciente del cielo y de la iglesia.

  
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Traducido por el Dr. Calleja al español de la traducción al inglés por el Rev. John Whitehead. Transcrito y revisado por Daniel Calvo Naranjo y pelo Rev. Johnny Villanueva.

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Arcanos Celestiales #8381

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