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Deuteronomio 34

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1 Y subió Moisés de los campos de Moab al monte de Nebo, a la cumbre de Pisga, que está enfrente de Jericó; y le mostró el SEÑOR toda la tierra de Galaad hasta Dan,

2 y a todo Neftalí, y la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar postrero;

3 y el mediodía, y la campiña, la vega de Jericó, ciudad de las palmas, hasta Zoar.

4 Y le dijo el SEÑOR: Esta es la tierra de que juré a Abraham, a Isaac, y a Jacob, diciendo: A tu simiente la daré. Te la he hecho ver con tus ojos, mas no pasarás allá.

5 Y murió allí Moisés siervo del SEÑOR, en la tierra de Moab, conforme al dicho del SEÑOR.

6 Y lo enterró en el valle, en tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y ninguno sabe su sepulcro hasta hoy.

7 Y era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor.

8 Y lloraron los hijos de Israel a Moisés en los campos de Moab treinta días; y así se cumplieron los días del lloro del luto de Moisés.

9 Y Josué hijo de Nun fue lleno del Espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le escucharon, e hicieron como el SEÑOR mandó a Moisés.

10 Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido el SEÑOR cara a cara;

11 en todas las señales y los milagros que le envió el SEÑOR a hacer en tierra de Egipto a Faraón, y a todos sus siervos, y a toda su tierra;

12 y en toda la mano fuerte, y en todo el espanto grande que hizo Moisés a ojos de todo Israel.

   

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La Verdadera Religión Cristiana #156

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156. 4. El espíritu del hombre es su mente y todo cuanto procede de él.

El espíritu del hombre, concretamente hablando, no es otra cosa que su mente, porque ésta es la que vive después de la muerte y se llama entonces espíritu; si es buena, se llama un ángel espíritu, y luego un ángel; si es mala, se llama un espíritu satánico, y luego un satanás. La mente de todo hombre es su hombre interior, que es el verdadero hombre y está dentro del hombre exterior, que forma su cuerpo natural, por lo cual, cuando a la muerte este cuerpo natural es abandonado, el hombre interior se halla en perfecta forma humana. Están pues en un error, los que opinan que el espíritu del hombre reside exclusivamente en su cabeza. En la cabeza reside tan sólo en sus principios, de los cuales salen primariamente todas las cosas que el hombre piensa por el entendimiento y obra por la voluntad, pero en el cuerpo se halla en las derivaciones, formadas al efecto del sensorio y de la acción, y puesto que interiormente adhiere a las cosas del cuerpo, comunica a ellas sensaciones y movimientos e inspira al cuerpo la percepción de que este piensa y obra de y por sí mismo, mas todo hombre sabio conoce que esto es una falacia. Ahora bien; puesto que el espíritu del hombre piensa por el entendimiento y obra por la voluntad, y puesto que el cuerpo no piensa y obra de sí mismo, sino de y por el espíritu, sigue que el espíritu del hombre es su inteligencia y la inclinación de su amor, y todo cuanto de estos dos procede y opera. Que el espíritu del hombre es su mente y lo que a ella pertenece, es evidente por muchos pasajes del Verbo, y basta citarlos para ver que espíritu en ellos no significa otra cosa:

« Bezaleel fue henchido de espíritu de sabiduría, de inteligencia y de ciencia » (Éxodo 31:3).

Nabucodonosor dijo de Daniel:

« Que un excelente espíritu de ciencia y de entendimiento estaba en él » (Daniel 5:12).

« Josué fue lleno de espíritu de sabiduría » (Deuteronomio 34:9). « Hacedos corazón nuevo y espíritu nuevo » (Ezequiel 18:31).

« Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos » (Mateo 5:3).

« Yo habito en el espíritu quebrantado y humilde, para vivificar el espíritu de los humildes » (Isaías 57:15).

« Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado » (Salmos 51:17).

« Daré manto de alegría en lugar de espíritu angustiado » (Isaías 61:3).

Y en varios otros lugares. Que espíritu también significa una mente perversa y malvada es evidente por estos otros pasajes:

« ¡Ay de los profetas insensatos que andan en pos de su propio espíritu » (Ezequiel 13:3).

« Concebid hojarasca, parid aristas; en cuanto a vuestro espíritu, el fuego os devorará » (Isaías 33:11).

« Si hubiere alguno que delirase en su espíritu, que hablase mentiras » (Miqueas 2:11).

« Generación, cuyo espíritu no fue fiel para con Dios » (Salmos 78:8).

« El espíritu de fornicación » (Oseas 5:4; 4:12).

« Todo corazón se desleirá y angustiaráse todo espíritu » (Ezequiel 21:7).

« No ha de ser lo que viniera en vuestro espíritu » (Ezequiel 20:32).

« En cuyo espíritu no hay superchería » (Salmos 32:2).

« El espíritu de Faraón estaba agitado » (Génesis 41:8).

Estos pasajes, y múltiples otros, demuestran claramente que espíritu en ellos significa la mente del hombre y las cosas que la pertenecen.

  
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