14. En donde el Señor habla a Sus discípulos sobre la consumación del tiempo, que es el fin de la iglesia, al final de Sus predicciones y refiriéndose a Sus sucesivos cambios dice: “Y luego después de la aflicción de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su luz, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielo sarán removidas; y entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y entonces todas las tribus de la tierra se lamentarán, y verán al Hijo del Hombre que vendrá sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria; y Él enviará a Sus ángeles con una gran trompeta, y reunirá a Sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo de los cielos hasta el otro” (Mateo 24:29-31).

[2] Por estas palabras en el sentido espiritual no se entiende que el sol y la luna se oscurecerán, que las estrellas caerán del cielo y que Él será visto materialmente en las nubes, lo mismo que los ángeles con trompeta; sino que por todas estas expresiones se entienden cosas espirituales que pertenecen a la iglesia, tratando del estado espiritual presente de la misma y de su fin. Porque en el sentido espiritual el sol que se oscurecerá, se entiende al Señor en cuanto al amor; por la luna que no dará luz se significa al Señor en cuanto a la fe; por las estrellas que caerán del cielo, se entiende las cogniciones del bien y la verdad, que perecerá o se extinguirán; por la señal del Hijo del Hombre en el cielo, se entiende la aparición de la Divina Verdad; por las tribus de la tierra que se lamentarán, se entiende la falta de toda verdad que es de la fe, y de todo bien que es del amor; por la venida del Hijo del Hombre en las nubes del cielo, con poder y gran gloria, se entiende la presencia del Señor en la Palabra y en la Revelación, significando las nubes en el sentido natural de la Palabra, y la gloria en el sentido espiritual; por los ángeles con trompeta y gran voz, es significado el cielo de donde viene la Divina Verdad; por juntar los elegidos de los cuatro vientos, de un extremo del cielos hasta el otro, se entiende la formación de la nueva iglesia en cuanto al amor y a la fe.

[3] Que el oscurecimiento del sol y de la luna y la caída de las estrellas sobre la tierra no se entienden en un sentido literal, es evidente por los profetas, quienes dijeron cosas semejantes con respecto al estado de la iglesia, cuando el Señor estaba próximo a venir al mundo. Así estaba escrito en (Isaías 13:9-11): “He aquí, el día de Jehovah viene, cruel, con furia y ardiente ira, para convertir en desolación la tierra y exterminar de ella a los pecadores. Pues las estrellas del cielo y sus constelaciones no destellarán su luz; se oscurecerá el sol al salir, y la luna no irradiará su luz. Castigaré al mundo por su maldad”. Y en (Joel 2:1,2; 3:15): “Viene el día de Jehovah; cercano está; día de tinieblas y oscuridad;… el sol y la luna se oscurecerán y las estrellas no darán su resplandor”. Y en (Ezequiel 32:7,8): “Cubriré el cielo y haré entenebrecer las estrellas; el sol cubriré con nublado, y la luz no hará resplandecer su luz; todas las lumbreras de luz haré entenebrecer en el cielo por ti, y pondré tinieblas sobre tu tierra”. Por el día de Jehovah se entiende la venida de Señor la que acontecerá cuando ya no exista ningún bien ni verdad ni quede conocimiento alguno del Señor en la iglesia.