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Y era Moisés de edad de ciento y veinte años cuando murió: sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor.
Komentář k tomuto verši
Napsal(a) Alexander Payne (strojově přeloženo do Español)
Verso 7. Y las verdades divinas están en su plenitud cuando el alma deja de adquirirlas como objeto principal de la vida espiritual; la percepción de ellas no se oscurece, ni su fuerza disminuye en modo alguno.