Deuteronomio 2:11

Verso 11. Lo cual también llenó la mente con la idea de su propia supereminencia, como todos los principios derivados del amor al yo, y son muy poderosos por proceder del mal hereditario en la voluntad; pero los que están en el culto externo sólo consideran los resultados externos de estas cosas. [Nota (versículos 10-11): Puede formarse una idea del poder de las persuasiones derivadas del mal hereditario y de los deseos de la mente natural, reflexionando sobre cómo el interés propio retuerce y deforma imperceptiblemente los pensamientos de uno, y sobre lo difícil que es formarse un juicio claro e imparcial en cualquier asunto en el que estén implicados los propios intereses; también sobre cómo cualquier pasión o deseo de la mente natural, cuando obtiene algún poder sobre el alma, borra todas las consideraciones racionales que lo frenarían].