1. Prólogo del Autor

Cuando el Señor, ante Sus discípulos, habla de la consumación del siglo, por lo cual se entiende el último período de la vida de la iglesia, al final de la predicción acerca de los sucesivos estados de la misma con respecto al amor y a la fe, dice así:

Luego... después de la aflicción de aquellos días el sol se oscurecerá y la luna no dará su lumbre, y las estrellas caerán del cielo y las potencias del cielo serán conmovidas, y entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre venir en las nubes del cielo con potencia y grande gloria, y enviará sus ángeles con trompeta y magna voz, y juntará sus escogidos de los cuatro vientos, del extremo de los cielos hasta el extremo de ellos (Mateo 24:29-31).

Él que toma estas palabras en el sentido literal cree que todo cuanto expresan según la descripción en ese sentido se verificará en el postrer tiempo llamado el último juicio, es decir, no solamente que el sol y la luna se oscurecerán y que las estrellas caerán del cielo, así como que la señal del Señor aparecerá en el cielos y que verán a Él en las nubes y también a los ángeles con trompetas, sino que también según la predicción en otro lugar, el mundo visible entero perecerá y que luego aparecerá un nuevo cielo con una nueva tierra. En esta creencia está hoy día la mayor parte en la iglesia. Pero los que así creen no conocen los arcanos que están ocultos en cada detalle del Verbo; porque en cada detalle del Verbo hay un sentido interior, el cual no expresa cosas naturales y mundanas como las que se hallan en el sentido literal, sino espirituales y celestiales, y esto no tan sólo con respecto a la significación de una pluralidad de palabras, sino también con respecto a cada palabra en particular, porque el Verbo es compuesto de puras correspondencias, a fin de que haya sentido interior en cada detalle. La índole de este sentido se puede conocer por todo cuanto con respecto al mismo se ha dicho y manifestado en "Arcana Coelestia, " lo cual también puede verse en compendio en la explicación de "El Caballo Blanco, " del cual se habla en el Apocalipsis. Según este sentido deben entenderse las cosas que en el lugar arriba indicado dijo el Señor acerca de Su venida en las nubes del cielo. Allí, el "sol" que se oscurecerá significa el Señor con respecto al amor, la "luna" el Señor con respecto a la fe, las "estrellas" los conocimientos del bien y de la verdad o sea del amor y de la fe la "señal del Hijo del Hombre en el cielo" la aparición de la Divina verdad; las "tribus de la tierra, " que lamentarán, todo cuanto pertenece a la verdad y al bien o sea a la fe y al amor; " la venida del Señor en las nubes del cielo con potencia y gloria, " Su presencia en el Verbo y la revelación; por "nubes" se significa el sentido literal del Verbo, y por "gloria" el sentido interior del Verbo; por "ángeles con trompeta y potente voz" se significa el cielo de donde procede la Divina verdad. Por esto es evidente que por aquellas palabras del Señor se entiende que al final de la iglesia, cuando ya no quede amor alguno y por ello tampoco fe alguna, abrirá el Señor Su Verbo con respecto a su sentido interior, y revelará los arcanos del cielo. Los arcanos que en lo siguiente serán revelados se refieren al cielo y al infierno así como a la vida del hombre después de la muerte. El hombre de la iglesia hoy día apenas sabe cosa alguna acerca del cielo y del infierno, ni de su vida después de la muerte, por más que todas estas cosas se hallan consignadas en el Verbo; hasta hay muchos, nacidos dentro de la iglesia, que las niegan, diciendo en su corazón: "¿Quién ha venido de allí y las ha contado?" Con el fin, pues, de que semejante negación, la cual reina principalmente entre aquellos que tienen mucho de la sabiduría del mundo, no contamine y corrompa también a los de sencillo corazón y de sencilla fe, me ha sido otorgado estar con los ángeles, y hablar con ellos como hombre con hombre y así como ver las cosas que hay en el cielo y también las que hay en el infierno, y esto por espacio de trece años, siéndome ahora permitido referirlas por oídas y vistas, esperando que así la ignorancia será iluminada y la incredulidad disipada. La razón por la cual tal inmediata revelación tiene lugar actualmente es que esta revelación es lo que se entiende por "la venida del Señor."

10604. 'And I will write on the tablets the words that were on the first tablets which you broke' means the Divine celestial and spiritual realities belonging to the interior level of these three entities, which are present also in those external things. This is clear from the meaning of these 'tablets' as the outward or external things of the Word, the Church, and worship, dealt with above in 10603; and from the meaning of 'the words' which Jehovah wrote on them as Divine things on an interior level, thus those composing the inward or internal sense, dealt with in 10453, 10461, which appear before the angels in heaven, in the light there, and are therefore called celestial and spiritual realities. The celestial realities there are those of love, and the spiritual ones are those of faith springing from love. From all this it is evident that 'I will write on the tablets the words that were on the first tablets which you broke' means that the Divine celestial and spiritual realities belonging to the interior level of the Word, the Church, and worship are present also in those external things. For the nature of all this, see what has been shown in the previous paragraph.

[2] Since at the present day the fact that the Word contains an internal sense, and indeed what the internal sense of the Word is, are completely unknown, a further brief statement must be made regarding it. The ideas constituting angels' thought are not natural, as those constituting men's are; instead they are spiritual. But it is difficult for anyone to grasp what their spiritual ideas are like unless he thinks and reflects on a more internal level about his own thoughts as they are in their first beginnings. They then exist without the words of language, as is recognized from their being of such a nature that a person can grasp in an instant more than can be expressed by an utterance made in any space of time. Ideas such as these composing thought belong to the person's spirit. But the ideas that a person grasps and that pass into words are natural ones, which the learned call material, whereas the former, that is, those existing on a more internal level, are called spiritual, and by the learned immaterial. A person enters into these ideas after death, when he becomes a spirit, and uses them to converse with other spirits. A correspondence exists between these ideas and natural ones, and through that correspondence spiritual ideas are converted into natural ones when the person speaks. The person is not conscious of this because he does not stop to reflect on it, nor are any capable of reflecting on it except those who think on a more internal level, that is, on that of their spirit separately from the body. This is something that people whose minds do not rise above the level of the senses cannot do at all.

[3] Now since a correspondence exists between spiritual thought and natural thought, and since angels' thought is spiritual, that which man perceives on a natural level the angels perceive on a spiritual one; and they do so in an instant without any reflection on the difference. This happens in particular when a person reads the Word or has thoughts inspired by the Word; for the Word has been written in such a way that a correspondence exists in every single part, as when for example a person reads these words of the Lord in Matthew,

After the affliction of those days the sun will be darkened, and the moon will not give its light, and the stars will fall from heaven, and the powers of the heavens will be shaken. Then the sign of the Son of Man will appear, and then all the tribes of the earth will mourn; and they will see the Son of Man coming in the clouds of heaven with power and glory. Matthew 24:29-30.

[4] The angels understand these words altogether differently from man. By 'the sun' which will be darkened they do not understand the sun but love to the Lord; nor by 'the moon' do they understand the moon but faith in the Lord, nor by 'the stars' the stars but cognitions or knowledge of goodness and truth. By 'the Son of Man' they understand the Lord in respect of Divine Truth, and 'the tribes of the earth' all the truths of the Church; by 'the clouds of heaven' they understand the Word in the literal sense, and 'power and glory' the Word in the internal sense. Angels come, through correspondence, instantaneously into this understanding of these words when a person reads them. Nor do they know that the person's thoughts then are of the sun, moon, stars, clouds of heaven, and all the rest. The reason for this is that angels' ideas are spiritual, and spiritual ideas are such that objects belonging to the natural order are converted into realities seen in heavenly light, which is Divine Truth from the Lord.

[5] A further reason why angels perceive the Word in that kind of way when a person reads it is that angels are present with a person, residing in his affections, while the person as to his spirit lives in association with spirits, and as to his more internal thought, which is spiritual, with the angels of heaven. From this also comes the person's ability to think.

These things have been mentioned in order that people may know what the internal sense of the Word is or what the interior things of the Word, the Church, and worship are, which are called celestial and spiritual realities.